@article{López Álvarez_2006, title={Coches, carrozas y sillas de mano en la monarquía de los Austrias entre 1600 y 1700: evolución de la legislación}, volume={66}, url={https://hispania.revistas.csic.es/index.php/hispania/article/view/24}, DOI={10.3989/hispania.2006.v66.i224.24}, abstractNote={La introducción de los coches en las caballerizas de las cortes europeas fue un proceso que se desarrolló durante el siglo XVI. En Castilla este uso se afianzó a raíz del asentamiento definitivo de la corte en Madrid (1561). Desde entonces, el coche contribuyó no poco a cambiar la planta de la caballeriza y sus etiquetas, así como las apariciones del rey. Al mismo tiempo, fue asimilado paulatinamente a la nobleza, el sector social que estaba empezando a gobernar en lugar de los letrados, como manifestaron las pragmáticas de 1578 y 1593. Pero la unión del coche y el cortesano fue definitiva desde 1611, mediante la institucionalización de su uso. A partir de entonces, para ir en carruaje era necesario alcanzar una licencia del Consejo de Castilla, lo que de hecho convirtió a este uso en estricto monopolio de las elites que gobernaban la Monarquía, es decir, la aristocracia cortesana, los ministros y criados de la Casa real, los altos eclesiásticos y quienes tuvieran estrechas relaciones con ellos en los grandes centros urbanos. Culminada la institucionalizacion, se procedió por un lado, a tratar de fiscalizar los coches (en 1651, 1658, 1667, 1675, 1684 o 1688) y por otro, se dieron una serie de medidas dirigidas a que el coche siguiera siendo monopolio de una pequeña élite cortesana, las más importantes de las cuales fueron las pragmáticas de 1674, 1678, 1684 y 1691.}, number={224}, journal={Hispania}, author={López Álvarez, Alejandro}, year={2006}, month={dic.}, pages={883–908} }