Hispania. Revista Española de Historia 84 (277)
ISSN-L: 0018-2141, eISSN: 1988-8368
https://doi.org/10.3989/hispania.2024.019

"Una forma de parentesco". Sobre la envidia y otros sentimientos negativos de la emigración española en Suiza

"A form of family relationship". On envy and other dark emotions among spanish emigrants in Switzerland

 

“Todo odio es envidia”1Unamuno 1917, 105., decía el filósofo y novelista español Miguel de Unamuno a través de uno de sus personajes en su novela de 1917 Abel Sánchez. En ella el autor retomaba el relato bíblico de Caín y Abel, repropuesto a través del antagonismo entre el médico Joaquín Monegro y el pintor Abel Sánchez. De hecho, en la Biblia también se dan más referencias a la envidia. Por ejemplo, la historia de José del Libro del Génesis, que fue revisada nada menos que por Thomas Mann en una novela en cuatro partes, José y sus hermanos (Joseph und seine Brüder). La “Parábola del hijo pródigo” del Evangelio de Lucas cuenta una historia en la que la envidia o los celos entre hermanos juegan un papel primordial, provocando el desenlace de determinados acontecimientos dramáticos. Otra versión de Caín y Abel fue propuesta por la escritora estadounidense Patricia Highsmith en su novela policíaca El talento de Mr. Ripley donde la envidia funge de propulsor de la trama2Highsmith 1999, 45.. También en 1955, el dramaturgo suizo Friedrich Dürrenmatt realizó con La visita de la anciana dama una tragicomedia sobre el regreso de la multimillonaria Claire Zachanassian a su aldea natal que había abandonado embarazada, en estado de desamparo y desesperación para retornar ostentando su fortuna, con el ánimo de salvar la aldea bajo siniestras condiciones.

Dos de las narraciones bíblicas anteriormente mencionadas están vinculadas a la movilidad: voluntaria, en el caso del hijo pródigo; involuntaria, en el caso de José. Pero también la novela de Highsmith se desarrolla dentro de un contexto de constante movimiento, como también el retorno en el caso de Dürrenmatt. De ahí que el vínculo con el tema de la emigración esté perfectamente justificado. Y si Caín fue condenado a una vida de perpetuo errar, en las siguientes páginas será la emigración con sus consecuencias las que provocarán alteraciones a veces desagradables en el seno de las familias de los emigrantes.

En 1970 el sociólogo austroalemán Helmut Schoeck sostenía en su obra sobre el papel social de la envidia:

La envidia es un impulso que se encuentra en el núcleo de la vida del hombre como ser social, y que se produce en cuanto dos individuos son capaces de compararse mutuamente. Este impulso de compararse envidiosamente con los demás puede encontrarse en algunos animales, pero en el hombre ha adquirido un significado especial. El hombre es un ser envidioso que, de no ser por las inhibiciones sociales suscitadas en el objeto de su envidia, hubiera sido incapaz de desarrollar los sistemas sociales a los que todos pertenecemos hoy3Schoeck 1970, 1: “Envy is a drive which lies at the core of man’s life as a social being, and which occurs as soon as two individuals become capable of mutual comparison. This urge to compare oneself invidiously with others can be found in some animals but in man it has acquired a special significance. Man is an envious being who, were it not for the social inhibitions aroused within the object of his envy, would have been incapable of developing the social systems to which we all belong today”..

Por tanto, la envidia como sentimiento antropológicamente intrínseco, está por doquier: en las letras sagradas y en aquellas profanas. Nos acompaña desde la infancia. Todos envidiamos y todos hemos sido envidiados alguna vez. La envidia es un sufrimiento considerado, ante todo, deplorable4Miceli y Castelfranchi 2007, 449. Jalan 2015, 82.. La sentimos cuando anhelamos algo que otros poseen y nosotros no. Ya Aristóteles exponía en su Retórica que “se sentirá envidia de quienes son nuestros iguales o así aparecen; y llamo iguales a quienes lo son en estirpe, parentesco, edad, modo de ser, fama o medios económicos”5Aristóteles 1999, 368.. También Unamuno secundaba esas ideas en su Abel Sánchez:

La envidia no puede ser entre personas que no se conocen apenas. No se envidia al de otras tierras ni al de otros tiempos. No se envidia al forastero, sino los del mismo pueblo entre sí; no al de más edad, al de otra generación, sino al contemporáneo, al camarada6Unamuno 1917, 201..

Por tanto, debe existir un nexo entre envidioso y envidiado, lo cual se corresponde con Unamuno cuando define la envidia como “una forma de parentesco”7Unamuno 1917, 202.. El objeto del deseo puede ser material o puede abarcar propiedades inmateriales como una determinada destreza o una posición social. El envidioso puede codiciar algo o simplemente querer que el envidiado deje de poseerlo. A menudo la envidia se intensifica cuanto más el objeto del deseo es ostentado y puesto a la vista del envidioso8Miceli y Castelfranchi 2007, 450.. De allí no sorprende que los envidiosos en el Purgatorio de Dante tengan los ojos cosidos con alambre9Alighieri 2000, Canto XIII, versos 67-72.. Menos apocalíptica se presenta la idea de envidia en la cultura popular española de la pluma del historiador y periodista Fernando Díaz-Plaja quien apunta a una supuesta paradoja entre la interpretación del pueblo español “como el más generoso del mundo” y al mismo tiempo “probablemente el más envidioso”10Díaz-Plaja 1969, 215..

Cuando en España alguien sube tiene una fortuna envidiable. ¿Por qué envidiable?, ¿por qué tiene que unirse ese sentimiento a la comprobación de la suerte ajena? No hay quien lo explique, pero a todos parece natural que quien esté por encima, tenga que llevar el castigo de su audacia11Díaz-Plaja 1969, 243 (énfasis original)..

Existe, sin embargo, otra valoración de la envidia, allende la mirada judeo-cristiana y moralista. Ya el autor anteriormente citado Helmut Schoeck afirmaba que tras la eficiencia de la agencia tributaria estadounidense subyacía la envidia mutua entre los contribuyentes12Schoeck 1970, 323-329.. Además, Susan J. Matt ha demostrado en sus trabajos cómo la envidia, siempre en el ámbito estadounidense, pasó de ser, desde el punto de vista de la moral religiosa, un sentimiento execrable en el siglo xix, a un motor de consumo, capitalismo y, por ende, de mejora de la calidad de vida, en las primeras décadas del siglo xx13Matt 2003, 182-185; 2011, 121.. ¿Y qué decir de la envidia como mecanismo antiautoritario capaz de fomentar el recelo hacia el tirano, la concentración y la corrupción del poder, como sostiene Schoeck14Schoeck 1970, 350-351. Una interpretación opuesta a Schoeck es sostenida por Rawls 1972, 538-541.? Si la envidia mantiene, entonces, su utilidad en la economía y en la política, capaz de promover el igualitarismo, ¿puede que tome un papel especial, no ajustado a la lógica binaria de la moral y qué tenga hasta cierto punto su legitimidad? Si tomamos un enfoque biográfico y nos centramos en los testimonios de emigrantes, ¿qué papel se le atribuirá a la envidia?

De hecho, una de las vías preferenciales que llevó a la fortuna supuestamente envidiable, de la cual hablaba Díaz-Plaja, o a un aumento patrimonial a veces considerable, fue la emigración. Y es que, para la mayor parte de los emigrantes españoles, la experiencia migratoria de posguerra significó una mejora de la condición de vida en lo material15Sobre la idea de fracaso en el retorno migratorio, véanse Harms 1986, 52. Sanz Díaz 2008, 368-369; 2022, 139-141.. En algunos casos la emigración permitió un cambio de una situación de precariedad y vergüenza a una de bienestar y orgullo. El traslado a un país de acogida con una sociedad liberal y un régimen democrático permitió, además, un desarrollo personal considerable16Véanse a este propósito, Latorre Catalán 2006. Prieto, 2020.. El resultado a largo plazo de esta nueva condición de vida resultó en una asimetría frente a la familia del o de la emigrante en el país de origen. El capital material o intelectual acumulado durante los años transcurridos en el extranjero pudo alterar las relaciones familiares e incluso cuestionar las jerarquías en el seno de una misma familia. En algunos casos, los emigrantes —sobre todo aquellos que retornaron— se convirtieron en acreedores, mecenas, patrocinadores e incluso empleadores en el lugar de origen, acentuando así la asimetría preexistente. Dichas asimetrías, incluyendo aquellas primordiales, paradigmáticamente entre la hermana que emigra y aquella que permanece en el lugar de origen, se tradujeron en lo que en inglés se denomina dark emotions o sentimientos negativos. Estas son generalmente difíciles de delimitar entre sí17Miceli y Castelfranchi 2007, 450 y 470. Nussbaum 2001, 34-35..

Si bien la historia de las emociones ya es considerada un enfoque generalmente aceptado y definitivamente asentado dentro de las disciplinas históricas, también es verdad que la combinación entre este enfoque y la historia de las migraciones no ha suscitado el mismo interés. Sí es verdad que estudios sobre la nostalgia, el miedo o la xenofobia en el contexto migratorio han aportado nuevos conocimientos para comprender la vida de los emigrantes y las decisiones que se tomaron18Para la nostalgia véanse p. ej., Calvo Salgado y Rábade Villar 2012. Bjerg 2020. Fernández Vicente y Gil Lázaro 2020. Sobre el miedo, Prieto 2020.. La antropóloga Maruška Svašek sostiene a este propósito que existen procesos emocionales estrechamente relacionados con la condición del emigrante19Svašek 2010, 867. Véase también Boccagni y Baldassar 2015, 75.. Michel Peraldi, por su parte, describe en tonos decididamente dramáticos la odisea de quien por una u otra razón abandona su país de origen:

Como reflejo de las emociones extremas que despiertan [los emigrantes], hoy parece normal considerar la emigración como una tragedia, un trauma para quienes la sufren. Se nos ha hecho difícil verlo como una experiencia social banal, como si fuera a ser crucial y determinante para el resto de sus vidas para quienes lo han vivido —casi la definición clínica de trauma20Peraldi 2017, 268 (énfasis original): “En miroir des émotions extrêmes qu’ils suscitent, il paraît aujourd’hui normal de considérer la migration comme une tragédie, un trauma pour celui qui l’effectue. Il nous est devenu difficile d’y voir une expérience sociale banale, comme si elle devait être à la fois cruciale et déterminante jusqu’à la fin de leur vie pour ceux qui en ont traversé épreuves—à peu de chose près la définition clinique du traumatisme”..

Si la emigración es considerada una experiencia traumática—una visión hasta cierto punto opuesta a la anteriormente expuesta—debemos hacer hincapié en aquellas emociones que aportaron a esta hipótesis, condicionada en gran medida por la percepción del emigrante. Esta percepción varía según los diferentes actores, en el espacio—por ejemplo, en España o en el país de acogida —y en el tiempo— antes o durante la emigración o después del retorno del emigrante. Dentro de la intersección entre los estudios de emigración y aquellos sobre las emociones, los trabajos sobre la envidia mantienen, como sostenían Tapias y Escandell en 2011, un escaso interés21Tapias y Escandell 2011, 76..

El presente texto pretende ser una reflexión tanto teórica como empírica en la que se enfocará el papel de esas emociones, principalmente la envidia, dentro de la experiencia migratoria. Para ello me centraré en las narraciones de cinco emigrantes residentes en Suiza (véase tabla 1), a través de la historia oral, haciendo hincapié en dichas asimetrías y con miras a averiguar de qué modo la emigración alteró las relaciones con sus respectivas familias residentes en España. Las entrevistas tuvieron lugar entre enero del 2019 y enero del 2023. Se adoptará un análisis cualitativo con énfasis en la narración de las experiencias personales vividas por parte de los informadores e informadoras22La selección de los entrevistados se efectuó principalmente partiendo de miembros de una asociación de emigrantes españoles en Zúrich quienes sucesivamente recomendaron a otras personas. De esta forma se aseguró un fondo de confianza necesario para realizar una entrevista que enfocara temas tan personales y estrechamente relacionados con la propia familia (Quinlan 2010, 32). A pesar del reducido corpus de entrevistas, se intentó alcanzar una determinada representatividad a través de parámetros como la edad, el año de emigración y la provincia de origen del entrevistado o la entrevistada..

Tabla 1 Personas entrevistadas. Fuente: elaboración del autor.
PseudónimoGéneroAño de nacimientoProvincia de origenAño de llegada a Suiza
SofíaMujer1943Madrid1961
FernandaMujer1949Granada1967
MargaritaMujer1946Burgos1968
Juan ManuelHombre1962Lugo1984
RebecaMujer1966Granada1991

Fuente: elaboración del autor.

Con el ánimo de no condicionar ni influir en la narración de las personas consultadas, durante la entrevista se trató de evitar sugerir determinadas emociones —“envidioso/envidiosa”, “vergüenza” etc.— prefiriendo que fuesen ante todo los entrevistados los que las usasen de forma espontánea23Las entrevistas se efectuaron generalmente en casa del entrevistado y, solo en un caso, en la del autor y fueron grabadas (sonido). Durante el diálogo, se optó por un enfoque genérico. Partiendo de preguntas generales sobre la situación de vida previa a la emigración, la decisión de emigrar y el cambio de la relación con los familiares durante la fase migratoria, se procuró hacer luego hincapié en la importancia de bienes materiales, la ostentación de los mismos, encargos, préstamos etc. y cómo estos alteraron la relación con la familia a través de determinados sentimientos. Se evitó una sumisión estricta a un cuestionario, prefiriendo que los entrevistados pudiesen expresarse libremente y limitando la intervención del autor a un mínimo necesario (Quinlan 2010, 31).. Tanto para la realización de las entrevistas como para el análisis de los relatos aprovecharé dos tipos de miradas antropológicas: una de autorreflexión y enriquecida por la capacidad de designar y nombrar las emociones de terceras personas y otra ligada a la representación verbal de los propios sentimientos24Sobre este modelo, véase Katriel 2015, 57-58.. Debido a su condición de potencialmente envidiados —y no de envidiosos— muchos de los problemas como los que indica Ishan Jalan no se ponen25Jalan 2015, 82-83 y 88-89.. Por el contrario, la envidia aparecerá no como una emoción sentida sino como un sentimiento atribuido a terceras personas, lo que facilita su tratamiento a través de la entrevista.

LA EMIGRACIÓN ESPAÑOLA A SUIZA

 

En 1948, la falta de mano de obra obligó a Suiza, país con un complejo industrial intacto, a contratar trabajadoras y trabajadores extranjeros, mayoritariamente italianos que llegarían a sumar el 60 % de todos los extranjeros en 1960. Se estableció un sistema de “rotación” para que los “trabajadores invitados” (en alemán Gastarbeiter) no permanecieran definitivamente en el país y pudiesen ser expulsados según la coyuntura lo exigiese26Holenstein, Kury y Schulz 2018, 310. Piguet 2006, 70. Afonso 2004, 152.. Desde principios de los años sesenta, el Gobierno italiano empezó a reclamar más derechos para sus ciudadanos emigrantes, como la reagrupación familiar, la movilidad laboral y los permisos de residencia27Piguet 2006, 72. Calvo Salgado 2008, 300-301.. Suiza decidió entonces reforzar sus relaciones con un socio mucho menos exigente en materia social. El 2 de marzo de 1961, Berna firmó un acuerdo bilateral con el Gobierno español, inaugurando una intensa fase de movilidad de mano de obra entre la península ibérica y el país helvético28Calvo Salgado 2008, 304-306; 2009, 192-193. Calvo Salgado y Prieto 2019.. Esta fase de la historia de la emigración española coincide con una época marcada por el dirigismo estatal. Con el objetivo de controlar y canalizar el flujo migratorio, el régimen —en fase de una muda que restaría poder a la familia falangista para dárselo a la tecnocracia desarrollista cercana al Opus Dei— había creado en 1956 el Instituto Español de Emigración. Pocos años después se manifiesta un importante cambio de corriente a través del cual los países de Europa occidental se convierten en el destino favorito de la emigración, dejando paulatinamente de lado a América Latina. 29Kreienbrink 2009, 19-20..

A partir del acuerdo bilateral, la emigración española a Suiza experimentó un crecimiento vertiginoso, pasando de unos 13.000 españoles en 1960 a más de 100.000 en 1970, lo que les convirtió en la segunda comunidad de extranjeros más numerosa después de los italianos y en el 11 % de la población extranjera. Durante la década de los setenta, el número de emigrantes españoles disminuyó a algo más de 97.000 personas para luego volver a aumentar en la siguiente década y contar con más de 116.000 en el año 199030Calvo Salgado 2008, 293.. En suma, entre 1964 y 1985, Suiza acogería a más del 46 % de la emigración asistida española31Calvo Salgado et al. 2009, 307., ocupando así un lugar clave entre los países receptores de mano de obra española en Europa32Shubert 1999, 319..

En la década de 1960, el empleo de mano de obra extranjera en Suiza experimentó un aumento en los sectores de la construcción y la ingeniería, así como en la hostelería y la restauración, y un descenso en el sector agrario. Mientras que los empleados de la hostelería y la construcción se contrataban entre los temporeros, la metalurgia recurría sobre todo a los que tenían un permiso anual33Farré 2001, 7; 2006, 394. Calvo Salgado 2008, 293-299. Piguet 2006, 76-77..

Desde el Gobierno de España, la emigración se planteaba como instrumento de estabilización, capaz de exportar el exceso de mano de obra y de aprovechar la entrada de divisas a través de las remesas que los emigrantes enviaban a España34Kreienbrink 2009, 21. Shubert 1999, 305-306. Oso Casas 2004, 150-151.. La importancia del envío de dinero se puede ver en el contexto de la balanza de pagos. En última instancia, el desequilibrio de las importaciones españolas frente a las exportaciones suizas solo pudo compensarse gracias a las remesas de los trabajadores españoles en Suiza y a los ingresos del turismo suizo en España. En el año 1965, el importe de las transferencias de emigrantes a España alcanzó los 120 millones de francos suizos mientras que las ganancias resultantes de los turistas helvéticos en España ascendieron a otros 70 millones35Farré 2006, 393-394; 2010, 196. Prieto 2015, 46..

Para aquellos emigrantes con ambiciones de permanecer definitivamente en Suiza y optar por la nacionalidad helvética36Prieto 2020, 273-276., las remesas suponían un problema de lealtad. La Confederación Suiza concedía la nacionalidad si se cumplían una copiosa lista de requisitos que diesen prueba de una buena asimilación. Mediante la asimilación como solución cualitativa al problema de una supuesta invasión de extranjeros (en alemán Überfremdung), el candidato extranjero debía adaptarse al ciudadano suizo medio en cuanto a comportamiento, mentalidad, modales, visión del mundo, comprensión del Estado, condiciones de vida etc. Marc Virot, jefe de la Policía de extranjeros del Cantón de Berna y autor de un vademécum para aquellos funcionarios encargados de averiguar el grado de asimilación de los candidatos a la nacionalidad suiza, sostenía en 1968:

La voluntad de asimilación, por otra parte, debe negarse si el extranjero (...) envía sus ahorros a su patria, pasa allí sus vacaciones, (...) compra principalmente bienes de su patria, (...) tiene principalmente contacto con compatriotas, (...) es miembro de asociaciones extranjeras, lee periódicos extranjeros, (...) posee tierras en el extranjero37Virot 1968, 35: “Der Assimilationswille muss hingegen verneint werden, wenn der Ausländer (…) seine Ersparnisse in die Heimat sendet, seine Ferien daselbst verbringt, (…) vor allem heimatliche Waren kauft, (…) vor allem Kontakt mit Landsleuten hat, (…) Mitglied von ausländischen Vereinen ist, ausländische Zeitungen liest, (…) im Ausland Grundbesitz hat”..

Las prácticas de ahorro y consumo de los emigrantes estaban condicionadas por las distintas aspiraciones y expectativas que la experiencia migratoria conllevaba. Si la idea de “trabajador huésped” sugiere una existencia destinada al ahorro y a una estancia breve, Marianne Helfer sostiene que el adjetivo “provisorio” no rinde justicia a la complejidad de estrategias que los emigrantes movilizaron durante su paréntesis en el extranjero38Helfer 2009, 222.. Y si para muchos el objetivo era ahorrar para construir o comprar una casa en España39Helfer 2009, 221. Helfer 2007, 73-74., también es verdad que la franja de edad de las primeras generaciones de emigrantes —de entre 15 y 39 años40Calvo Salgado 2008, 298.— era propensa al consumo. Es importante recalcar, como expone la socióloga Laura Oso en su obra sobre la emigración de españolas en París, que el franquismo fomentó “la mentalidad del ahorro y el retorno”41Oso Casas 2004, 143.. Para ello en el año 1970 se crearon las Cuentas de Ahorro Emigrante con ventajas financieras y fiscales para los emigrantes, provechosas a la hora de comprar una vivienda en la “madre patria”. Paradójicamente, en la España que los emigrantes dejaban atrás se encontraba en una fase de crecimiento sin precedentes, amén de un desarrollo hacia el consumismo debido a la subida de los ingresos a raíz del Plan de Estabilización de 195942Shubert 1999, 380-381.. No obstante esto, los emigrantes habían nacido y vivido en la famélica austeridad de la posguerra, de manera que la mentalidad del ahorro era un hábito natural43Oso Casas 2004, 170.. En algunos casos, entre aquellos estudiados por Oso, las prácticas de ahorro alcanzaron extremos obsesivos acumulando fortunas destinadas para España, sin concederse ni siquiera un café en un bar. La socióloga aporta el siguiente testimonio procedente de una entrevista en grupo con cuatro españolas residentes en París:

Mi suegra estuvo seis meses en mi casa en París y me decía: “Cuando vayas al pueblo, no digas que vives en una portería, di que vives en un piso”. Damos una imagen de ricos, porque cuando vamos a España no nos importa gastar. Gastamos en vacaciones, porque en todo el año no gastamos. Luego hay la imagen de la tía rica, de soltera, que vino y la consideran la tía rica44Citado en Oso Casas 2004, 169..

Si bien ahorro y consumo pueden ser vistos como dos caras de una misma medalla según los criterios de duración y finalidad del ahorro, podemos ver que estas prácticas se encuentran en relación con determinados sentimientos. Si el consumo y su ostentación se acoplan al orgullo y a la envidia, los sacrificios del ahorro narran —como se puede leer en la anterior cita— una historia de vergüenza y humillación45Sobre vergüenza, humillación y orgullo en la emigración, véase Ariza 2017, 73-76.. Es importante, por ende, partir de estos sentimientos antes de adentrarnos en la envidia.

EL ESTIGMA DE LA EMIGRACIÓN

 

A pesar de que el régimen español fomentase la emigración al extranjero por diversos motivos, había también dentro del mismo establishment franquista voces contrarias o muy críticas a propósito de estas políticas. Federico García Sanchiz (1886-1964), escritor, periodista y miembro de la Real Academia Española, manifestó su recelo en un artículo de opinión publicado en 1961 en La Vanguardia Española. En él narra cómo su chofer se despidió al ser reclamado al lado de su hermano “para una factoría de automóviles, en Alemania; buena colocación, a cinco marcos la hora”46García Sanchiz, Federico, “Termes humanos”, La Vanguardia Española, Barcelona, 15/7/1961: 11.. El autor sigue citando a su empleado cuando este afirmó que se haría rico, para responderle: “¿Y si hay guerra?”47De hecho, la emigración también planteaba un problema en el caso de un conflicto bélico. Por esta razón, los emigrantes varones debían firmar una declaración jurada en la que se comprometían a volver a España y concentrarse en la correspondiente caja de recluta y a presentarse ante las autoridades consulares españolas en el país de acogida..

García Sanchiz abandona su tono guasón cuando equipara la emigración con una “enfermedad” para luego continuar:

De antiguo le viene al pueblo español la condición de emigratorio, y vamos a fijar sus comienzos de trasladarse en los de la conquista de América. Hubo entonces y durante los siglos del Imperio, una especie de tantalismo en la península, por el que las casas de hijosdalgo que habían quedado huecas o con un solo habitante, se pasaban los días aguardando que sonase la aldaba del que se fue y vuelve con dineros (…). Son esos vaqueros vascos, esas doncellas que marchan a Australia, esos trabajadores de Suiza, y junto a las huestes ordenadas y regulares, los espontáneos, quienes se filtran en los restaurantes y hoteles haciendo la competencia al italiano equipo. Y aún existe en el propio territorio nacional la legión de los servidores domésticos, última muestra de la rebelión contra la sociedad según la heredamos.

La referencia a los “indianos” y a los “conquistadores” recalca su visión del emigrante como personaje ávido y rapaz; un cliché que a principios del siglo xix ya conocía cierta difusión fuera del mundo hispanohablante48Prieto 2021, 109.. El académico continúa, entonces, su enumeración de los gravámenes de la emigración que califica de “sangría patriótica”:

Pues no digamos la cantidad de destreza y aplicación que se esfuma a la luz de las fraguas, que no aprovecharemos en el adelanto de la industria a que se debe la masa y que rinde su calidad en unos emporios ajenos a la grandeza de la estirpe.

Es en el último párrafo donde su condena es más explícita y contundente:

¿Mi opinión? Aparte que en definitiva descubre necesidad, o codicia, el fenómeno cabría compararlo a la labor de los termes, los sabidos insectos que en la oscuridad corroen la madera de un edificio, hasta que lo hunden. Por igual procedimiento derribarán los prófugos la casa paterna, que su ausencia equivale a devorarla poco a poco.

Federico García Sanchiz no escatima insultos ni humillaciones para aquellos españoles y españolas que entonces —con el beneplácito del régimen— emigraron al extranjero en busca de una condición de vida y un bienestar que España no podía ofrecerles. Al compararles con termes, el autor les priva de humanidad degradándoles a parásitos; una retórica que evoca las ideas del darwinismo social. De forma más abstracta, la queja de García Sanchiz sugiere la alienación del emigrante quien por su codicia abandona una comunidad emocional49Rosenwein 2002, 842.. Como indica la historiadora Ute Frevert, “la verdadera humillación o vergüenza tiene lugar en un espacio público ante testigos que desempeñan un papel indispensable y activo”50Frevert 2020, 8: “true humiliation or shaming takes place in a public space in front of witnesses who play an indispensable, active role”.. En este caso, discurso y práctica coinciden a través del uso del medio impreso. Aventajado por su condición de académico y “charlista”, el autor realiza, con armas desiguales, su humillación de los emigrantes. Su crítica coincide, hasta cierto punto, con aquella por parte de algunos procuradores de las Cortes españolas. Según Emilio Redondo Carrero, este juicio peyorativo sobre la emigración se basa, por un lado, en la imagen del emigrante “como individuo ignorante y analfabeto necesitado de protección” y por el otro, en la de la emigración como fenómeno con el potencial de desprestigiar a España a través del fracaso de emigrantes desvalidos o restándole a la patria una mano de obra cualificada y necesaria51Redondo Carrero 2014, 572-574..

El artículo de García Sanchiz llegó hasta los ojos de la comunidad española en Suiza, como se puede leer en un comentario en la revista mensual Antorcha, publicada por la Casa de España, de Zúrich. Dicha asociación, oficialmente apolítica, fue fundada por emigrantes españoles próximos a la Juventud Obrera Cristiana (JOC) a principios de la década de los sesenta52Prieto 2020, 258 y 262.. Debido a la escasa tirada del periódico es de suponer que el académico valenciano nunca llegase a leer esa respuesta. Sin embargo, la necesidad de una contestación igualmente contundente muestra la magnitud de la humillación y el orgullo herido por parte de emigrantes con un perfil político. En agosto de 1961, Ramón Joya, emigrante español y socialista que en 1963 sería cofundador de una sección suiza de la Unión General de Trabajadores53Prieto 2015, 148., contestaba a García Sanchiz de la siguiente forma:

Es una lástima que tales personas no sean capaces de comprender nuestro problema y aún más, nos critiquen con sorna prodigándonos de adjetivos que, en suma, no nos merecemos.

Valdría la pena que en vez de perder el tiempo en escritos que le restan autoridad, los dedicase a ensalzar nuestra labor en el extranjero, ya que, prescindiendo de los beneficios económicos, el tiempo fuera de casa nos sirve para mejorar y ampliar nuestros conocimientos, que algún día pondremos al servicio de nuestra muy amada España54Joya, Ramón, “Otra de insectos”, Zurich, Antorcha, agosto de 1961: 5-6. Antorcha es una publicación mensual, mecanografíada y fotocopiada, realizada por un grupo de emigrantes españoles en Suiza..

Como apunta Ramón Joya, uno de los significados de la emigración a Europa occidental, durante el segundo y tardofranquismo, era mostrar el prestigio de la mano de obra española en el extranjero. Las miradas a la emigración o, en este caso, inmigración se dieron también desde el país de acogida. En un artículo de André Depeursinge publicado en el diario suizo Gazette de Lausanne se describe la situación liminal y de desamparo, inspirada por escenas de españoles en la sala de espera de la estación de ferrocarril ginebrina de Cornavin, a la hora de pasar por la aduana suiza.

No tienen el aire conquistador de los cruzados, estos españoles que los vagones vomitan por centenares en el andén. En sus ojos, mientras se dirigen a la aduana en un rebaño compacto, hay un miedo casi animal que se remonta a tiempos prehistóricos. “Los españoles de este lado”. El gesto del agente es explícito, no hace falta traducirlo. Los demás viajeros pasan de largo, algunos con una sonrisa comprensiva, otros con el aire cómplice de negrero frente a los esclavos55Depeursinge, André, “Les espagnols à la recherche d’un paradis”, Gazette de Lausanne, Lausana, 21-22/7/1962: 5: “Ils n’ont pas l’air conquérant des Croisés, ces Espagnols que les wagons vomissent par centaines sur le quai. Dans leurs yeux, pendant qu’ils se rendent à la douane en troupeau compact, une crainte presque animale qui remonte du fond de la préhistoire. “Les Espagnols de ce côté”. Le geste de l’agent est explicite, pas besoin de traduire. Les autres voyageurs passent, quelques-uns avec un sourire compatissant, certain avec l’air entendu du négrier devant des esclaves”..

Depeursinge continúa:

Historias de contrabandistas que cobran mucho dinero por abandonar a sus clientes en un prado, de intentos de suicidio, de los que casi mueren de hambre. Puede probar suerte haciendo autostop en la aduana con turistas de verdad. O intentar cruzar cada mañana, mezclado con los trabajadores habituales que van a Ginebra56Depeursinge, André, “Les espagnols à la recherche d’un paradis”, Gazette de Lausanne, 21-22/7/1962: 5: “Les histoires de passeurs qui se font payer très cher pour abandonner leur client sur un pâturage, les tentatives de suicide, ceux qui sont presque morts de faim. On peut tenter sa chance en faisant de l'auto-stop pour passer la douane avec des touristes, des vrais. Ou bien essayer chaque matin, de traverser, mêlé aux travailleurs réguliers se rendant à Genève”..

A pesar de utilizar al igual que García Sanchiz un lenguaje deshumanizante a través del uso de expresiones cuales “miedo casi animal” y “rebaño” (en francés troupeau), el texto describe la desesperación de los emigrantes desde una perspectiva de empatía y compasión. A menudo este discurso pretendía cuestionar aquel desarrollista y grandilocuente del régimen español con sus supuestos grandes logros, tan celebrados por la propaganda franquista57Véase también el caso del cortometraje Notes sur l’émigration de 1960 (Calvo Salgado y Prieto 2019, 336-340). Todavía en el año 1975, también Enrique Tierno Galván lamentaba el desamparo y la escasa preparación de los emigrantes españoles que abandonaban el país (Prieto 2013, 209)..

CINCO RELATOS

 

¿En qué medida se reflejan los sentimientos de humillación y vergüenza en las narraciones de los emigrantes? ¿Cómo se relacionan con el tema de la envidia? En las cinco entrevistas que se realizaron, estos sentimientos mantuvieron una relevancia que varía según las vivencias de cada una de las personas entrevistadas.

Fernanda, la menor de cuatro hermanas, emigró con 18 años junto con otra hermana a Zúrich. Huérfana de padre y madre a partir de los tres años de edad, fue a través de una prima que ya llevaba pocos años en Suiza que consiguieron un puesto de chicas au pair en una familia suiza.

En aquellos tiempos en Andalucía, en una aldea pequeña de Andalucía, no había posibilidades de trabajo, de estudios, tampoco había muchas posibilidades (…). Y el venir aquí pues era pues eso: probar, probar otras posibilidades, encontrar un trabajo, por trabajar y ganar algo de dinero pues porque allí no teníamos posibilidades (…). Y nosotras queríamos eso: queríamos ir a la capital, queríamos intentar buscar trabajo en la capital y tal. Y mi tía decía: “Bueno, vendemos los olivares que tenemos y con eso compramos un piso en Granada”. Y nosotros decíamos, “no, ¿por qué tienes que vender los olivares?, que eso es una herencia de familia y nosotras podemos ir [a Suiza] y ganar un dinero y ahorrar y comprar un piso y no tienes que vender los olivares”. Y así fue que vinimos y ahorramos y compramos un piso (…). Bueno, de la familia nunca había salido nadie por parte de mi madre (…). Por parte de mi madre era una familia un poco bien, o sea que tenían sus tierras. Nunca habían tenido que salir a trabajar fuera ni trabajar para nadie. Eran autosuficientes. Tenían incluso gente de fuera trabajando con ellos.

A la pregunta si el hecho de emigrar era considerado algo vergonzoso, Fernanda responde:

En parte sí. En parte sí porque los que estaban bien, los que podían resistir no emigraban. Los que más bien emigraban —bien interno o externo— eran los que no podían subsistir. Entonces esa idea los un poco pudientes la tenían.

También el testimonio de Margarita, mayor de ocho hermanos, pone de manifiesto la vergüenza que sentía la familia de su esposo con quien había contraído matrimonio unas semanas antes de emigrar a los Alpes de los Grisones. A la hora de tomar el tren hacia Suiza, en la primavera de 1968, los padres de su esposo no se presentaron para despedirse de ellos: “Nunca nadie había tenido que emigrar en esa familia”, explica la entrevistada.

La situación se presenta algo distinta en el caso de Rebeca, más joven que las anteriores. Nacida en Granada capital, en el barrio del Albaicín, de padre comerciante y comprometido con la lucha antifranquista a través de su militancia en el Partido Socialista Obrero Español, vive una infancia sin demasiadas preocupaciones con sus dos hermanas y su hermano. Rebeca fue la única que estudió una carrera universitaria:

En realidad, mi padre quería que todos estudiáramos, pero al final solamente estudié yo y los otros eligieron otro camino. Así ¿no? Y entonces para mí estaba, con el tiempo, muy claro cuando empecé a estudiar en la universidad y ya antes, no, porque la represión en mi casa fue muy, muy fuerte por parte de mi padre. Yo no la esperaba porque estaba como muy mimada de niña en el sentido de “habla sobre lo que te parezca, di tu opinión”. Yo crecí casi como un niño y en la adolescencia noté que se acabó la tolerancia a… obedecer y “tú eres una mujer y tu papel lo aceptas y tal”. Fue como un choque muy grande, pero… y por eso sabía que siempre me quería ir. Nunca quería quedarme. Yo me hubiera ido de todas maneras. Empecé la universidad y después para mí estaba claro que yo emigraba. No sé dónde, pero me iba.

Al contrario de las anteriores entrevistadas, Rebeca vivió su juventud en un marco espacio-temporal considerablemente distinto al haber nacido en el tardofranquismo y en una capital de provincia. Su experiencia migratoria no se explica desde una situación de indigencia o desde la necesidad económica. El conseguimiento de una licenciatura en la Universidad de Granada no produce el prestigio que se esperaría en una familia fuera del mundo académico.

… por entonces la universidad no tenía ningún valor. No había ningún cambio en ese sentido. Al contrario: mi familia es una familia muy manual… trabajo manual etc. Yo era como la “hija inútil” de la casa. Todos habían aprendido algo manual y yo era la única que estaba no se sabe haciendo qué. Entonces, no había… Si había mucha diferencia era al revés: negativa para mí, o sea como despectiva.

Su condición dentro de su familia se refleja en una anécdota que la entrevistada expone con las siguientes palabras:

Cuando yo terminé la carrera en Granada, terminé de estudiar ¿no? (…). Y cuando terminé la carrera en España al mismo tiempo mi hermana se sacó el carnet de conducir. Me acuerdo que hicimos una… hubo una fiesta: “ay que guay, la hija menor ha sacado el carnet de conducir” y… yo no hice nada ni celebré nada. Nadie lo tomó… no le parecía que tuviera ningún valor (…). Era “por fin terminaste de hacer no se sabe qué. Vamos a ver si empiezas ya a trabajar y a poner los pies en el suelo”. Esa era la idea.

La experiencia de Juan Manuel, en cambio, nos reconduce a razones más típicas de la emigración tradicional, aunque existen matices que se distinguen de las prácticas migratorias de las décadas anteriores. Él y su esposa emigraron recién casados en el año 1984 a Suiza.

Pues la razón es muy sencilla. O sea, yo trabajaba… yo hice la mili primero, bueno antes de hacer la mili empecé a trabajar a los dieciocho años en las minas en León. Yo ganaba mucho dinero de aquellas… ganabas 35.000 pesetas más o menos de albañil y en las minas yo me sacaba 200.000 o 250.000. Lo que pasa es que, claro, la vida de un rapaz joven que en cuanto los cogías ya les ponías fuego. Y luego hice la mili; tenía ya un dinerito ahorrado para ir a la mili. Hice la mili, vine de la mili. Empecé de albañil allí en Monforte, que yo hice los estudios de albañil y, cómo se dice, y entonces a través de un compañero que era vecino mío —nos criamos juntos— él se vino para aquí [a Suiza] con su hermana y me dijo, dice: “tú, joder, aquí no ganáis nada, ¿por qué no os venís a probar allí?” Y tal y esto y lo otro. Y digo, “hombre, si se gana algo más, ¿por qué no?”, y tal. Y por lo menos ya para poderme comprar un coche nuevo. O sea, es la idea casi general de toda la gente: mejorar un poco en tu posición.

El relato de Juan Manuel revela una actitud distinta en la medida en que la mejora de la calidad de vida no se ha de alcanzar necesariamente a través del ahorro. Las referencias al deseo de un coche nuevo y a su proclividad por gastar el dinero, indican un hábito diferente; el de una persona que vivió el consumismo ya en la España posfranquista e incluso en una de las regiones más pobres de España58Shubert 1999, 381..

En el caso de Fernanda y su hermana, la promesa de acumular un capital considerable se convierte en realidad a través de la adquisición de bienes inmuebles. No se trata todavía, en este caso, de la vivienda como “inversión simbólica y emocional” como bien dice Marianne Helfer59Helfer 2009, 225., debido a la joven edad de las dos hermanas. Sin embargo, la compra de un piso y un local en un mismo edificio de Granada capital tan solo después de tres años de trabajo en el extranjero significó un “éxito”.

Y un tío, hermano de mi padre (…) me acuerdo el día que lo llevamos a Granada a ver el piso, a enseñarle el piso, lloraba de emoción… de que sus sobrinas hubieran conseguido poder comprar un piso y un local en Granada.

Ese “marcador de éxito” se convertiría, a pesar de todo, en un objeto de discordia. A mediados de los años setenta, cuando las dos hermanas —propietarias por partes iguales de local y piso— ya estaban casadas, discutían sobre cómo resolver el asunto. A pesar de la intromisión del cuñado, las hermanas sortearon los bienes inmuebles que le tocaron a Fernanda quien le abonó a su hermana el valor correspondiente. Fue entonces que un primo empezó a mostrar interés por el piso.

Y claro, [el piso] ya era nuestro y la familia lo sabía. Entonces este primo, pues una de las veces que fuimos de vacaciones me dijo que… que necesitaría un piso para su hija que iba a estudiar en Granada y tal… Y yo ya con la experiencia mi marido también con su hermana y tal le dije “mira, primo, lo siento muchísimo pero ya mi hermana también me lo ha pedido para su hija y le hemos dicho igual, que no porque nosotros no queremos, no sabemos si nos vamos a venir o no nos vamos a venir. Queremos tener el piso a disposición. Lo siento mucho pero no lo queremos alquilar. No lo queremos dejar a nadie”. Claro, él decía “alquilado” pero ya sabes tú entre familias los alquileres, ¿no? Y entonces ahí sí acertamos porque si lo hubiéramos dejado el piso a… a la hija del primo pues después hubiéramos tenido otros problemas.

Fernanda alude a la dificultad de exigirle a un familiar el mismo alquiler que pagaría una persona cualquiera. Subyace aquí la tácita expectativa de un trato preferencial para los miembros de la familia.

También Margarita y su marido invirtieron en bienes inmuebles al comprar un piso en Madrid y otros más en la costa de Alicante, ya en el año 1970. Ella recuerda una anécdota relacionada con cómo este tipo de inversión empezó a afectar las relaciones en el seno de su familia. Su padre se quejaba de que su hijo varón mayor —quien también había emigrado con anterioridad durante unos años a Suiza— había construido en la aldea una casa más grande que la suya. De otro emigrante retornado que había construido en la aldea una casa vistosa y de varias viviendas se decía que “la casa le daba de comer”, recuerda Margarita.

El relato de Sofía, en cambio, carece de este tipo de episodios. En su entrevista, la más veterana de las cinco que emigró ya en el año 1961 junto con su madre a una villa del Cantón de Zúrich para trabajar en una fábrica textil sostiene que nunca se sintió envidiada por sus familiares. Sofía, “nacida y criada en el centro de Madrid”, huérfana de padre ya desde antes de nacer, sintió siempre una gran añoranza de su villa natal: “Todos los días, todos, todos soñaba con mi barrio de Madrid”.

Si bien la envidia no juega ningún papel en los recuerdos de Sofía, sí hubo en cierto modo algún tipo de obligación a mostrarse generosa de cara a la familia a través de regalos u otros gastos:

Íbamos con aquellas maletas cargadas, no sé por qué, de café y botes de piña, yo qué sé —que barbaridades. El primer año y el segundo, pero luego dije “aquí ya no se trae nada a nadie”. Yo prefiero, por ejemplo, invitar… hacer una invitación, pero no llevar nada.

A la pregunta si sus familiares le hacían determinados encargos, Sofía responde:

Nunca han pedido nada porque ellos… en Madrid hay de todo. Pero… siempre, si yo pagaba era normal porque vivía en Suiza. Y en Suiza sabes que tú vas al banco y te llenan el bolsillo de dinero y cuando se vacía —eso lo que se creen— que te llenan otra vez. O sea, se creen que en Suiza marcan, como dicen… atan los perros con longaniza. Eso se lo creen en todos los sitios. Dices que eres de Suiza y ni te cuento.

El relato de Fernanda muestra una dinámica parecida, aunque más claramente con miras a sacar provecho de los familiares emigrantes. A la pregunta sobre su relación con la familia de su marido, ella contesta:

Bueno… con la familia de mi marido no era mala, mala la relación. Solo que… claro yo veía que cuando íbamos, pues las hermanas eran a sacarle lo que podían (…). Mira, decirte era llegar y decían “¡vámonos, vámonos a merendar, vámonos a merendar fuera, vámonos a merendar fuera!” Y claro. Se llevaban al hermano; yo estaba con el niño en casa, pero ellas se llevaban al hermano a merendar fuera a que les pagara la merienda, ¿no? Y cosas así. Y claro, el “tío rico” como solemos decir. Solemos decir así entre la gente ¿no?, “el tío rico” porque es que le llamaban “el tío rico”. Le llamaban “el tío rico”.

El tropo del “tío rico” encaja con las investigaciones de Laura Oso en el caso de la emigración de españolas en Francia60Oso Casas 2004, 169 y 175.. La espera del regalo e incluso la idea de que otros se aprovechen de la fortuna o del esfuerzo de uno están presentes también en la entrevista con Juan Manuel:

Y cuando ibais y estabais en España ¿llevabais regalos?" (autor)

Eso siempre. No podía faltar el chocolate suizo y algo para los pequeños, los viejos. Sobre todo, para mi suegro. A mi suegro le encantaban las cervelas61La cervelat es una salchicha de carne mixta, típica de la gastronomía suiza. (…). Había que llevarle el paquete, ese grande que viene así en rollo que se consigue… bueno, no sé si lo hay todavía, pero lo había. Debían ser unas doce por lo menos, unas doce cervelas así un rollo. Y en cuanto llegábamos era lo primero que hacía: encendía el horno de la cocina y las hacía al horno. Sí, sí… Había que llevar siempre para todos. Esperaban todos que llevaras algo de aquí. Algo de Suiza. Había gente que venía nada más decirte “hola” a ver si le llevabas algo. También me dolía porque al final, al final… incluso llegué a decirle a alguno que ya me tocaba un poco la moral y llega allí “¡hombre, [Juan Manuel] llegaste y tal! ¿Qué me trajiste?” Y allí ya me fastidió mucho. Agarré, le abrí las manos y le dije: “¿Y tú a mí qué me has traído? ¿Me has traído tú alguna vez algo a mí? ¿Por qué tengo que traerte yo algo a ti?” Se enfadó, dio la vuelta y se marchó y desde esas empezamos a reducir nada más, ya familia nada más y punto.

Juan Manuel, claramente alterado a la hora de recordar estos episodios, también menciona algunos encargos que sus familiares le hacían. Un taladro, pues aquellos fabricados en España duraban muy poco, teléfonos e incluso cartuchos para cazar. Los familiares del marido de Margarita, por ejemplo, encargaron prismáticos y una caña de pescar, también por la supuesta alta calidad de la fabricación suiza. Margarita afirma que a menudo los que deseaban estos objetos les llamaban “encargos” pero en realidad esperaban que se convirtiesen en regalos, de manera que resultaban situaciones incómodas a la hora de reclamar el importe del encargo a los familiares.

Los regalos como práctica social implican una gran variedad de significados e intenciones. En la cultura oriental hay una relación clara entre el regalo de los emigrantes a sus familias y vecinos y la envidia, pues esos dones sirven para evitar el mal de ojo62Osella y Osella 2000, 127.. Ya el antropólogo y sociólogo francés Marcel Mauss sostenía en su famoso Ensayo sobre el don: “En la civilización escandinava y en muchas otras, los intercambios y contratos se realizan en forma de regalos, en teoría voluntarios, en realidad obligatorios de hacer y devolver”63Mauss 2013, 147: “Dans la civilisation scandinave et dans bon nombre d’autres, les échanges et les contrats se font sous la forme de cadeaux, en théorie volontaires, en réalité obligatoirement faits et rendus”.. Y aunque las sociedades modernas hayan alterado la cultura de los dones, seguimos sujetos a algunas de esas normas ancestrales que regulan la obligatoriedad de hacer, recibir y hacer otro regalo recíproco64Davis 2000, 5-6.. El chocolate y las cervelas que Juan Manuel compraba para su suegro, las invitaciones a merendar fuera en el caso de Fernanda y su marido o los numerosos paquetes que Margarita y su marido enviaban cada año a sus familiares, corroboran el carácter de obligatoriedad que se mantiene hoy en día en las prácticas de los dones. Pero el regalo puede ser también una forma de marcar jerarquías, de mostrar su propio avance social, de ostentar el éxito que se consigue después de los sacrificios de la emigración. La malinterpretación de actos de generosidad o la ostentación explícita o no intencionada puede provocar situaciones incómodas dentro de la familia en las que el cinismo aparece como síntoma de ese malestar. Margarita recuerda un viaje a España con su marido con motivo del bautizo del hijo de un familiar. Mientras que buena parte de los invitados pudieron pernoctar en el piso del familiar, ellos tuvieron que pasar esa “fría noche de invierno” en una pensión. “Al día siguiente nos preguntaron si habíamos pasado la noche en un hotel de cinco estrellas”, recuerda Margarita. Del mismo modo, Fernanda revela otra anécdota:

Yo tenía un primo —otro primo— que si cuando íbamos decía: “¿Todavía no habéis llenado el saco? ¿Cuándo os vais a venir? ¿Todavía no habéis llenado el saco?” O sea que por ahí sí, por ahí sí era la cosa de que aquí [en Suiza] estábamos yo qué sé…

La crítica de la codicia que resuena en la pregunta del primo recuerda la filípica de García Sanchiz, precedentemente discutida.

La cuestión que se plantea es en qué medida la ostentación de bienes y calidades que resultaron de la emigración pudieron generar envidia. Ya Robert Rhoades escribía en 1978:

En su lugar de origen, el emigrante retornado es ahora el envidiado propietario de una casa y un automóvil, quizá un orgulloso empresario o un minifundista. Es un héroe de cuento, el “hijo del pueblo”, un hombre importante en un sistema que antes le explotaba y humillaba65Rhoades 1978, 144 (énfasis original): “In his birthplace, the returned migrant is now the envied owner of a home and automobile, perhaps a proud business entrepreneur, or a minilandlord. He is a story-book hero, the hijo del pueblo, a man of importance in a system which formerly exploited and humiliated him”..

Esta imagen de éxito no se transmitía solamente en el retorno definitivo a la aldea natal sino también durante breves estancias como las vacaciones de verano o de Navidad. Si hay un icono capaz de plasmar el panegírico del emigrante que ha alcanzado fortuna este es el automóvil. Este está presente incluso en comedias sobre la emigración como Vente a Alemania, Pepe, dirigida por Pedro Lazaga y estrenada en 197166Berger y Komori 2011, 20. Martín Pérez 2012, 159.. Ya al principio, el personaje de Angelino, emigrante en Alemania, interpretado por José Sacristán, irrumpe en la iglesia de su aldea natal en la provincia de Zaragoza tras llegar con su nuevo coche —un Mercedes Benz— para luego cantar las glorias del trabajo en Alemania. Posteriormente, el coche resultará ser de alquiler. Tampoco en el cortometraje Mamasunción (1984) de Chano Piñeiro falta la referencia al coche en la última carta que el hijo emigrado le escribe a su anciana madre confesándole su intención de “regresar con dinero, con traje nuevo, corbata y el mejor coche que hubiera”67Feijoo Sánchez 2019, 192: “regresar con cartos, co traxe novo, garabata e o mellor coche que houbera”.. Además, el coche aparece también en los álbumes de fotos de los emigrantes con su doble significado de marcador de éxito y de medio de transporte para viajar a España68Martínez Crespo 2010, 148, 155, 160, 176, 178 y 179.. En verdad, el automóvil se convirtió en el hemisferio occidental, a lo largo de la posguerra, en un lujo al alcance de cada vez más personas. El coche en sí dejó de ser un inaccesible objeto del deseo. La competencia seguía, sin embargo, presente a través de discusiones sobre marcas, modelos y tipos de coches. No sorprende, por tanto, que el coche se convirtiera en el objeto capaz de generar envidia por excelencia69Schoeck 1970, 219.. El tema de la puesta en escena del propio éxito a través del automóvil está presente en el relato de Fernanda a la hora de comentar las prácticas de su cuñado que había emigrado a Alemania:

Yo creo que es un poco también... depende de cómo te comportes. O sea, si tú no le das mayor importancia y no vas haciéndote el grande -que también había gente que iban con coches grandes y haciéndose el rico y todo eso. (...). Mira, la misma familia del marido de mi hermana en Alemania estaban todo el año trabajando y ahorrando y, y, y cuando iban a... de vacaciones era cuando disfrutaban y llevaban, compraban ropa nueva para ir de vacaciones al pueblo, a las fiestas del pueblo y a hacerse los grandes. Eso sí. E irse con un Mercedes grande al pueblo (...). Un Mercedes grande, siempre, siempre. Ay, un Mercedes grande... era una familia grande, pero llevaban un Mercedes grande al pueblo.

En el relato de Fernanda, ese “Mercedes grande” aparece como una exageración, como una falta de comportamiento que incumple una norma (emocional) no escrita. Es de suponer que la entrevistada se sintiera avergonzada por la actitud de la familia de su hermana. En la crítica de Fernanda se puede leer un ethos encaminado a moderar esa ostentación ante un público de menos favorecidos. Por otro lado, el comportamiento del cuñado se corresponde al de aquellos emigrantes estudiados por Laura Oso:

Y es que, aunque los migrantes redujesen al máximo el consumo en París, sí se preocupaban por adquirir bienes que lucirían en España durante las vacaciones. Así, en el marco de una sociedad de consumo poco desarrollada, de un consumo cuantitativo y dependiente del exterior, las estrategias de consumo y de ostentación de los migrantes una vez al año tenían un efecto positivo sobre su estatus social70Oso Casas 2004, 172..

Esa ostentación a la que se refieren tanto la socióloga como Fernanda, es también criticada por Juan Manuel:

Nunca, nunca le he demostrado a nadie que he hecho fortuna. Ni la he hecho tampoco. Pero bueno. Lo poco que tenemos no le tengo que demostrar a nadie, porque yo sé que… Galicia es eso: Galicia es muy envidiosa. Entonces cuanto más demuestres que tienes algo, más te van a mirar”.

Ese “ser mirado” sin ser admirado al que alude Juan Manuel es lo que nos reconduce al purgatorio dantesco y nos recuerda la responsabilidad del envidiado. Ya Unamuno trató este asunto en su Abel Sánchez cuando escribía que “los afortunados, los agraciados, los favoritos” también tenían algo de culpa de la envidia que provocaban71Unamuno 1917, 79..

El tema de la envidia también está presente en las entrevistas de la lingüista Elisabeth Graf con emigrantes gallegas retornadas. Una de las entrevistadas, con el pseudónimo de “Leticia“, afirma:

Lo que no me gusta es la envidia que reina aquí por todas partes. Hay mucha gente que tiene miedo de las personas que no conocen y no quieren de ninguna manera conocerlas. Tan pronto como se dan cuenta de que tú eres cualquier cosa o de que sabes hacer algo que ellos no saben, te miran raro. Y, cuando eres una retornada, sienten envidia porque tú te puedes permitir quizás alguna cosa que ellos no pueden y esperan que te vaya mal. Y eso, entonces, les gusta72Citado en Graf 2010, 117: “O que non me gusta é a envexa que reina aquí por todas partes. Hai molta xente que ten medo das persoas que non coñecen e non queren de ningún modo coñecelas. Tan pronto como se dan conta de que ti es calquera cousa ou de que sabes facer algo que eles non saben, mírante raro. E, cando es una retornada, senten envexa porque ti te podes permitir quizais algunha cousa que eles non poden e agardan que che vaia mal. E iso entón gústalles”..

El sentimiento de envidia (en gallego envexa) se relaciona en este caso con el miedo, concretamente el miedo a lo desconocido. El retornado o, en este caso, la retornada se convierte así en una forastera. Para el sociólogo alemán Georg Simmel, el forastero es el errante que llega hoy y se queda mañana73Simmel 1908, 685.. Por tanto, su alteridad y su potencial para alterar el orden provocan miedo74Prieto 2020, 262.. En el caso de los retornados y emigrantes que pasaban las vacaciones en la aldea natal, la alteridad estaba ligada a su puesta en escena y su celebración ostentativa de los logros materiales e inmateriales. Esta nueva estigmatización se percibe a través de apodos que niegan sus orígenes y su relación con la aldea, la región o la patria. Los emigrantes dejan de ser españoles y se convierten así en “suizos” o “alemanes”75Buechler y Buechler 1975, 25-26. Rhoades 1978, 139.. Las entrevistas de Graf muestran estas prácticas discriminatorias:

A veces me decían: “Tú no eres española, eres suiza porque naciste en Suiza”. Pero yo respondía: “Eso da igual, mis padres son españoles”76Citado en Graf 2010, 114: “As veces dicíanme: “Ti non es española, es suíza porque naciches en Suíza”. Mais eu respondía: “Iso é igual, os meus país son españois””..

En España al principio me llamaban a menudo “la suiza”, pero nunca me molestó, y cuando vieron que no reaccionaba pronto dejaron de hacerlo77Citado en Graf 2010, 117: “En España ao primeiro chamábanme a miúdo “la suíza”, mais nunca me molestou, e cando viron que non reaccionaba pronto deixaron de facelo”..

También Juan Manuel alude a ese doble estatus de extranjero:

Ese es el problema: es el problema allí y es el problema aquí. Es el doble extranjero. Allí “ya ha llegado el suizo” y aquí “ya ha llegado el extranjero”. Es igual que tengas el carnet suizo o que no lo tengas.

En el caso de Fernanda el apodo no tuvo necesariamente una connotación negativa:

Eso también… también se oye. Por ejemplo, en Zaragoza, con los años compramos un terreno en una urbanización, fuera de la capital y mandamos hacer la casa (…). Entonces mandamos hacer la casa y en la urbanización éramos “los suizos” (…). Y desde el constructor, el que nos vendió el terreno y todos los… éramos “los suizos". Allí éramos “los suizos”.

En el relato de Rebeca se dio un episodio en el que se recurrió a un determinado cliché. Ella había emigrado a Suiza en el año 1991 con su pareja suiza que había conocido en Granada. En Zúrich, después del nacimiento de su hija y del divorcio de su marido, estudió otra carrera que le permitió avanzar socialmente y adquirir mayor independencia. Ya desde su partida de Andalucía sus hermanos fundaron una empresa de intermediarios que florecería, logrando aguantar varias crisis. Sin embargo, a su hermana menor nunca le interesó estudiar ni aprender un oficio. “Fue como una mariposa de allá para acá”, cuenta Rebeca.

Una vez me acuerdo que mi hermana, que es un desastre, económicamente nunca ha… se ha ido de un lado para otro pegando bandazos y en algún momento no tenía ninguna posibilidad de… de… no tenía recurso económico ninguno. Entonces nosotros estuvimos subvencionando a mi hermana como tres años, mi hermana la pequeña, o sea todo el mundo… para que se recuperara y encontrara una… Y me acuerdo que en algún momento yo hablé y dije: “oye, ya está bien. Vamos a preguntar qué hace con ese dinero. Vamos a preguntar en qué dirección va. Vamos a preguntar si está invirtiendo en una formación o no”. Y mi hermano, o sea, en aquellos momentos me criticaba de dura y tal. O sea, en el sentido que para mí estaba claro que, si tú prestas dinero, ok, puede hacer una persona lo que quiera, pero en algún momento pides cuentas (…). Y allí tuve enfrentamientos con mi hermano y con mi hermana. No, como decir que era muy dura, que cómo se me ocurría pedirle a una persona adulta… pedirle cuentas.

La discusión entre Rebeca y sus hermanos condujo a un enfrentamiento en el que su imagen como persona adinerada y residente en Suiza sirvió para proyectar hostilidades y marcar diferencias preexistentes dentro de su familia.

CONCLUSIÓN

 

En la parte final de su entrevista, Fernanda revela que su experiencia migratoria produjo un cambio sustancial en el trato con sus hermanas que no salieron de la aldea y alude a una “diferencia de mentalidad”, que obstaculizó la comunicación con ellas. Y es que la emigración produjo alteridad también a nivel intelectual y no solo en la persona del o de la emigrante. Esta alteridad se extendió a las posteriores generaciones. Tanto los hijos de Fernanda como la hija de Rebeca hablan cinco idiomas; un hecho susceptible de causar comparaciones entre la propia prole y la de los familiares en España y, por tanto, también susceptible de producir envidia.

Si la envidia es el sentimiento adecuado en el que nos hemos centrado, debemos preguntarnos cuál es su papel en estos relatos de emigración. Dado que estos comienzan frecuentemente con la vergüenza por verse los protagonistas obligados a abandonar el país —a pesar de ser este un paso legítimo, en consonancia con las políticas gubernamentales— la envidia podría aparecer como la esencia de una compensación por aquellos primeros abatimientos. Es importante insistir en el aspecto de presunción de este sentimiento. Al fin y al cabo, no hay certeza sobre si los familiares sintieron de verdad esa envidia, de manera que debe ser más bien valorada como discurso heurístico, como pieza plausible capaz de proveer sentido a una narración. Si bien, casi todas las entrevistadas y el entrevistado dieron muestras de rechazar y haber rechazado la ostentación de sus logros, tanto materiales como inmateriales, para evitar esa emoción tóxica, además de la hipoteca emocional, resulta difícil no interpretar la envidia también como un acto de autoempoderamiento (en inglés self-empowerment). La ostentación de la fortuna —de forma más o menos implícita— podría verse como un acto de revancha al proporcionar pruebas tangibles de una elección de vida acertada y exitosa. Bajo este aspecto, la envidia fungiría de exorcismo de miserias pasadas.

Cabe además mencionar las diferencias entre ciudad y campo. Aquellas entrevistadas que negaron haber sufrido envidia fueron también las que provenían de capitales: Sofía de Madrid y Rebeca de Granada. Ya Juan Manuel sostuvo durante la entrevista que la envidia es un fenómeno más común en aldeas y no tanto en ciudades; esto encaja también con los relatos de Margarita y Fernanda, naturales de espacios rurales donde la cultura del “qué dirán” es capaz de condicionar determinados comportamientos.

El alto grado de conciencia de las personas entrevistadas es destacable. La envidia, tal y como la narran, se presenta como una emoción negativa con “dos” víctimas: el envidioso que —por antonomasia— sufre por su envidia y el envidiado que sufre por la hostilidad y el cinismo al que está expuesto hasta el punto de convertirse en un extraño. Este aspecto merece más atención.

El filósofo alemán Bernhard Waldenfels ha estudiado los diversos aspectos de lo propio, lo diferente y lo extraño, entendidos como diferentes grados de alienación. Adaptando esta teoría a la emigración, el paisano que abandona la aldea convirtiéndose en emigrante también se transforma en alguien diferente. Si después de años de ausencia vuelve, ostentando fortunas y glorias considerables, este se convierte en un extraño, en un forastero a quien ahora apodan “suizo” o “alemán”; es también el “indiano” de antaño. “Lo foráneo no solo es distinto de lo propio, sino que está separado de ello”, sostiene Waldenfels78Waldenfels 1995, 115: “The foreign is not only distinct from ownness, but cut off from it”.. Esto permite soportar la envidia que el emigrante suscita. Si Aristóteles postulaba que para la envidia es necesaria una determinada cercanía —“se sentirá envidia de quienes son nuestros iguales o así aparecen”— la negación de esa igualdad tiene por consecuencia que esa hostilidad se pueda soportar mejor o incluso que deje de ser calificable de envidia. Vuelvo a recurrir a Unamuno: Si la envidia es “una forma de parentesco”, no puede haber envidia si se niega ese parentesco.

Agradecimientos

 

El autor desea agradecer a las cinco personas entrevistadas por el tiempo que le brindaron, las valiosas informaciones y el permiso de utilizar el contenido de las entrevistas para este texto.

Declaración de conflicto de intereses

 

el autor declara que no tiene intereses económicos ni relaciones personales que pudieran haber influido en el trabajo presentado en este artículo.

Declaración de contribución de autoría

 

conceptualización, curación de datos, análisis formal, investigación, metodología, administración de proyecto, recursos, redacción (borrador original, revisión y edición).

BIBLIOGRAFÍA

 

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Afonso, Alexandre. 2004. “Immigration and Its Impacts in Switzerland”. Mediterranean Quarterly 15: 147-166. https://doi.org/10.1215/10474552-15-4-147.

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3 

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58 

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NOTAS

 
1 

Unamuno 1917Unamuno, Miguel de. 1917. Abel Sánchez. Una historia de pasión. Madrid: Renacimiento., 105.

2 

Highsmith 1999Highsmith, Patricia. 1999. The Talented Mr Ripley. London: Vintage Books., 45.

3 

Schoeck 1970Schoeck, Helmut. 1970. Envy. A Theory of Social Behaviour. New York: Harcourt, Brace & World., 1: “Envy is a drive which lies at the core of man’s life as a social being, and which occurs as soon as two individuals become capable of mutual comparison. This urge to compare oneself invidiously with others can be found in some animals but in man it has acquired a special significance. Man is an envious being who, were it not for the social inhibitions aroused within the object of his envy, would have been incapable of developing the social systems to which we all belong today”.

4 

Miceli y Castelfranchi 2007Miceli, Maria y CristianoCastelfranchi. 2007. “The envious mind”. Cognition and Emotion 21 (3): 449-479. 10.1080/02699930600814735., 449. Jalan 2015, 82.

5 

Aristóteles 1999Aristóteles. 1999. Retórica. Introducción, traducción y notas porQuintínRacionero. Madrid: Editorial Gredos., 368.

6 

Unamuno 1917Unamuno, Miguel de. 1917. Abel Sánchez. Una historia de pasión. Madrid: Renacimiento., 201.

7 

Unamuno 1917Unamuno, Miguel de. 1917. Abel Sánchez. Una historia de pasión. Madrid: Renacimiento., 202.

8 

Miceli y Castelfranchi 2007Miceli, Maria y CristianoCastelfranchi. 2007. “The envious mind”. Cognition and Emotion 21 (3): 449-479. 10.1080/02699930600814735., 450.

9 

Alighieri 2000Alighieri, Dante. 2000. Commedia. Editado por GiorgioPetrocchi. Mondadori: Milano., Canto XIII, versos 67-72.

10 

Díaz-Plaja 1969Díaz-Plaja, Fernando. 1969. El español y los siete pecados capitales. 7.ª edición. Madrid: Alianza Editorial., 215.

11 

Díaz-Plaja 1969Díaz-Plaja, Fernando. 1969. El español y los siete pecados capitales. 7.ª edición. Madrid: Alianza Editorial., 243 (énfasis original).

12 

Schoeck 1970Schoeck, Helmut. 1970. Envy. A Theory of Social Behaviour. New York: Harcourt, Brace & World., 323-329.

13 

Matt 2003Matt, Susan J.2003. Keeping up with the Joneses: envy in American consumer society, 1890-1930. Philadelphia: The University of Philadelphia Press., 182-185; 2011Matt, Susan J.2011. “Current emotion research in history: Or, doing history from the inside out”. Emotion Review 3 (1): 117-124. 10.1177/1754073910384416., 121.

14 

Schoeck 1970Schoeck, Helmut. 1970. Envy. A Theory of Social Behaviour. New York: Harcourt, Brace & World., 350-351. Una interpretación opuesta a Schoeck es sostenida por Rawls 1972Rawls, John. 1972. A Theory of Justice. Cambridge: Harvard University Press., 538-541.

15 

Sobre la idea de fracaso en el retorno migratorio, véanse Harms 1986Harms, Hans. 1986. “La inmigración española a Alemania”. Papers: revista de sociologia 27: 49-68. https://www.raco.cat/index.php/Papers/article/download/24987/58431., 52. Sanz Díaz 2008Sanz Díaz, Carlos. 2008. “Emigración de retorno desde Alemania y política migratoria durante el franquismo, 1960-1975”. Anales de Historia Contemporánea 24: 361-380. https://revistas.um.es/analeshc/article/view/54091/52111., 368-369; 2022Sanz Díaz, Carlos. 2022. “Migraciones de retorno en España bajo el franquismo: políticas, percepciones y discursos, 1939-1975”. Estudios de Historia de España 24: 137-156. 10.46553/EHE.24.2.2022.p137-156., 139-141.

16 

Véanse a este propósito, Latorre Catalán 2006Latorre Catalán, Marta. 2006. “Ciudadanos en democracia ajena: aprendizajes políticos de la emigración de retorno española en Alemania durante el Franquismo”. Migraciones y Exilios 7: 81-96. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2321180.pdf.. Prieto, 2020Prieto, Moisés. 2020. “Erasing the Fear from the Eyes: A Micro-Narrative on Emotions in Spanish Migration to Cold-War Switzerland”. Emotions: History, Culture, Society 4: 252-278. 10.1163/2208522X-02010095..

17 

Miceli y Castelfranchi 2007Miceli, Maria y CristianoCastelfranchi. 2007. “The envious mind”. Cognition and Emotion 21 (3): 449-479. 10.1080/02699930600814735., 450 y 470. Nussbaum 2001Nussbaum, Martha C.2001. Upheavals of Thought: The Intelligence of Emotions. Cambridge: Cambridge University Press., 34-35.

18 

Para la nostalgia véanse p. ej., Calvo Salgado y Rábade Villar 2012Calvo Salgado, Luís M. y Maríado Cebreiro Rábade Villar. 2012. “Nostalgia as a Manifestation of Cultural Resistance: Testimonies of Galician Emigrants to Switzerland”. En Creoles, Diasporas and Cosmopolitanisms: The Creolization of Nations, Cultural Migrations, Global Languages and Literatures, editado por DavidGallagher, 191-206. Bethesda / Dublín / Palo Alto: Academica Press.. Bjerg 2020Bjerg, María. 2020. “La inmigración como un viaje emocional. Una reflexión a partir del caso de la Argentina entre fines del siglo XIX y la Segunda Posguerra”. Anuario del Instituto de Historia Argentina 20. 10.24215/2314257Xe108.. Fernández Vicente y Gil Lázaro 2020Fernández Vicente, María José y AliciaGil Lázaro. 2020. “Emociones y sentimientos en la emigración familiar española a América (siglo XX). Perspectivas de análisis”. Amérique Latine Histoire et Mémoire 39. 10.4000/alhim.8658.. Sobre el miedo, Prieto 2020Prieto, Moisés. 2020. “Erasing the Fear from the Eyes: A Micro-Narrative on Emotions in Spanish Migration to Cold-War Switzerland”. Emotions: History, Culture, Society 4: 252-278. 10.1163/2208522X-02010095..

19 

Svašek 2010Svašek, Maruška. 2010. “On the Move: Emotions and Human Mobility”. Journal of Ethnic and Migration Studies 36 (6): 865-880. 10.1080/13691831003643322., 867. Véase también Boccagni y Baldassar 2015Boccagni, Paolo y LorettaBaldassar. 2015. “Emotions on the Move: Mapping the Emergent Field of Emotion and Migration”. Emotion, Space and Society 16: 73-80. 10.1016/j.emospa.2015.06.009., 75.

20 

Peraldi 2017Peraldi, Michel. 2017. “Des murs et des larmes: réfugiés, déplacés, migrants”. En Histoire des émotions, vol. 3: De la fin duXIXe siècle à nos jours, editado por Jean-JacquesCourtine, 267-285. Paris: Seuil., 268 (énfasis original): “En miroir des émotions extrêmes qu’ils suscitent, il paraît aujourd’hui normal de considérer la migration comme une tragédie, un trauma pour celui qui l’effectue. Il nous est devenu difficile d’y voir une expérience sociale banale, comme si elle devait être à la fois cruciale et déterminante jusqu’à la fin de leur vie pour ceux qui en ont traversé épreuves—à peu de chose près la définition clinique du traumatisme”.

21 

Tapias y Escandell 2011Tapias, María y XavierEscandell. 2011. “Not in the eyes of the beholder: Envy among Bolivian migrants in Spain”. International Migration 49 (6): 74-94. 10.1111/j.1468-2435.2011.00705.x., 76.

22 

La selección de los entrevistados se efectuó principalmente partiendo de miembros de una asociación de emigrantes españoles en Zúrich quienes sucesivamente recomendaron a otras personas. De esta forma se aseguró un fondo de confianza necesario para realizar una entrevista que enfocara temas tan personales y estrechamente relacionados con la propia familia (Quinlan 2010Quinlan, Mary Kay. 2010. “The Dynamics of Interviewing”. En The Oxford Handbook of Oral History, editado por Donald A.Ritchie, 23-36. Oxford: Oxford University Press. 10.1093/oxfordhb/9780195339550.013.0002., 32). A pesar del reducido corpus de entrevistas, se intentó alcanzar una determinada representatividad a través de parámetros como la edad, el año de emigración y la provincia de origen del entrevistado o la entrevistada.

23 

Las entrevistas se efectuaron generalmente en casa del entrevistado y, solo en un caso, en la del autor y fueron grabadas (sonido). Durante el diálogo, se optó por un enfoque genérico. Partiendo de preguntas generales sobre la situación de vida previa a la emigración, la decisión de emigrar y el cambio de la relación con los familiares durante la fase migratoria, se procuró hacer luego hincapié en la importancia de bienes materiales, la ostentación de los mismos, encargos, préstamos etc. y cómo estos alteraron la relación con la familia a través de determinados sentimientos. Se evitó una sumisión estricta a un cuestionario, prefiriendo que los entrevistados pudiesen expresarse libremente y limitando la intervención del autor a un mínimo necesario (Quinlan 2010Quinlan, Mary Kay. 2010. “The Dynamics of Interviewing”. En The Oxford Handbook of Oral History, editado por Donald A.Ritchie, 23-36. Oxford: Oxford University Press. 10.1093/oxfordhb/9780195339550.013.0002., 31).

24 

Sobre este modelo, véase Katriel 2015Katriel, Tamar. 2015. “Exploring Emotion Discourse”. En Methods of Exploring Emotions, editado por HelenaFlam y JochenKleres, 57-66. London: Routledge., 57-58.

25 

Jalan 2015, 82-83 y 88-89.

26 

Holenstein, Kury y Schulz 2018Holenstein, André, PatrickKury y KristinaSchulz. 2018. Schweizer Migrationsgeschichte. Von den Anfängen bis zur Gegenwart. Baden: Hier und Jetzt., 310. Piguet 2006Piguet, Etienne. 2006. “Economy versus the People? Swiss Immigration Policy between Economic Demand, Xenophobia, and International Constraint”. En Dialogues on Migration Policy, editado por MarcoGiugni y FlorencePassy, 67-89. Lanham: Lexington Books., 70. Afonso 2004Afonso, Alexandre. 2004. “Immigration and Its Impacts in Switzerland”. Mediterranean Quarterly 15: 147-166. 10.1215/10474552-15-4-147., 152.

27 

Piguet 2006Piguet, Etienne. 2006. “Economy versus the People? Swiss Immigration Policy between Economic Demand, Xenophobia, and International Constraint”. En Dialogues on Migration Policy, editado por MarcoGiugni y FlorencePassy, 67-89. Lanham: Lexington Books., 72. Calvo Salgado 2008Calvo Salgado, Luís M.2008. “La emigración española en Suiza desde los años sesenta y la primera etapa de las relaciones bilaterales en materia de política migratoria”. En Migraciones y coyuntura económica del franquismo a la democracia, editado por Josebade la Torre y GloriaSanz Lafuente, 289-316. Zaragoza: Prensas Universitarias de Zaragoza., 300-301.

28 

Calvo Salgado 2008Calvo Salgado, Luís M.2008. “La emigración española en Suiza desde los años sesenta y la primera etapa de las relaciones bilaterales en materia de política migratoria”. En Migraciones y coyuntura económica del franquismo a la democracia, editado por Josebade la Torre y GloriaSanz Lafuente, 289-316. Zaragoza: Prensas Universitarias de Zaragoza., 304-306; 2009Calvo Salgado, Luís M., María JoséFernández Vicente, AxelKreienbrink, CarlosSanz Díaz y GloriaSanz Lafuente, eds. 2009. Historia del Instituto Español de Emigración. Madrid: Ministerio de Trabajo e Inmigración., 192-193. Calvo Salgado y Prieto 2019Calvo Salgado, Luís M. y MoisésPrieto. 2019. “Microhistoria del comienzo de la emigración española en Suiza: lucha política y una película prohibida”. En Trayectorias literarias hispánicas: tradición, innovación y nuevos paradigmas, editado por VeronicaOrazi, FedericaCappelli, IoleScamuzzi y BarbaraGreco, 329-343. Roma: AISPI Edizioni. https://cvc.cervantes.es/literatura/aispi/pdf/bib_05/05_329.pdf..

29 

Kreienbrink 2009Kreienbrink, Axel. 2009. “La política de emigración a través de la historia del IEE”. En Historia del Instituto Español de Emigración: la política migratoria exterior de España y el IEE del Franquismo a la Transición, editado por Luís M.Calvo Salgado, María JoséFernández Vicente, AxelKreienbrink, CarlosSanz Díaz y GloriaSanz Lafuente, 13-33. Madrid: Ministerio de Trabajo e Inmigración., 19-20.

30 

Calvo Salgado 2008Calvo Salgado, Luís M.2008. “La emigración española en Suiza desde los años sesenta y la primera etapa de las relaciones bilaterales en materia de política migratoria”. En Migraciones y coyuntura económica del franquismo a la democracia, editado por Josebade la Torre y GloriaSanz Lafuente, 289-316. Zaragoza: Prensas Universitarias de Zaragoza., 293.

31 

Calvo Salgado et al. 2009Calvo Salgado, Luís M., María JoséFernández Vicente, AxelKreienbrink, CarlosSanz Díaz y GloriaSanz Lafuente, eds. 2009. Historia del Instituto Español de Emigración. Madrid: Ministerio de Trabajo e Inmigración., 307.

32 

Shubert 1999Shubert, Adrian. 1999. Historia social de España (1800-1990). Hondarribia: Nerea., 319.

33 

Farré 2001Farré, Sebastián. 2001. “Spanische Agitation: emigración española y antifranquismo en Suiza”. Documentos de Trabajo 3: 4-31., 7; 2006Farré, Sébastien. 2006. La Suisse et l’Espagne de Franco. Lausanne: Antipodes., 394. Calvo Salgado 2008Calvo Salgado, Luís M.2008. “La emigración española en Suiza desde los años sesenta y la primera etapa de las relaciones bilaterales en materia de política migratoria”. En Migraciones y coyuntura económica del franquismo a la democracia, editado por Josebade la Torre y GloriaSanz Lafuente, 289-316. Zaragoza: Prensas Universitarias de Zaragoza., 293-299. Piguet 2006Piguet, Etienne. 2006. “Economy versus the People? Swiss Immigration Policy between Economic Demand, Xenophobia, and International Constraint”. En Dialogues on Migration Policy, editado por MarcoGiugni y FlorencePassy, 67-89. Lanham: Lexington Books., 76-77.

34 

Kreienbrink 2009Kreienbrink, Axel. 2009. “La política de emigración a través de la historia del IEE”. En Historia del Instituto Español de Emigración: la política migratoria exterior de España y el IEE del Franquismo a la Transición, editado por Luís M.Calvo Salgado, María JoséFernández Vicente, AxelKreienbrink, CarlosSanz Díaz y GloriaSanz Lafuente, 13-33. Madrid: Ministerio de Trabajo e Inmigración., 21. Shubert 1999Shubert, Adrian. 1999. Historia social de España (1800-1990). Hondarribia: Nerea., 305-306. Oso Casas 2004Oso Casas, Laura. 2004. Españolas en París. Estrategias de ahorro y consumo en las migraciones internacionales. Barcelona: Edicions Bellaterra., 150-151.

35 

Farré 2006Farré, Sébastien. 2006. La Suisse et l’Espagne de Franco. Lausanne: Antipodes., 393-394; 2010Farré, Sébastien. 2010. “Emigrantes españoles en Suiza: movilización y militancia”. En Gente que se mueve. Cultura política, acción colectiva y emigración española, editado por AnaFernández Asperilla, 195-229. Madrid: Fundación 1.º de Mayo., 196. Prieto 2015Prieto, Moisés. 2015. Zwischen Apologie und Ablehnung. Schweizer Spanien-Wahrnehmung vom späten Franco-Regime bis zur Demokratisierung (1969-1982). Köln: Böhlau. 10.7788/9783412502577., 46.

36 

Prieto 2020Prieto, Moisés. 2020. “Erasing the Fear from the Eyes: A Micro-Narrative on Emotions in Spanish Migration to Cold-War Switzerland”. Emotions: History, Culture, Society 4: 252-278. 10.1163/2208522X-02010095., 273-276.

37 

Virot 1968Virot, Marc. 1968. Vom Anderssein zur Assimilation. Merkmale zur Beurteilung der Assimilationsreife der Ausländer in der Schweiz. Bern: Paul Haupt., 35: “Der Assimilationswille muss hingegen verneint werden, wenn der Ausländer (…) seine Ersparnisse in die Heimat sendet, seine Ferien daselbst verbringt, (…) vor allem heimatliche Waren kauft, (…) vor allem Kontakt mit Landsleuten hat, (…) Mitglied von ausländischen Vereinen ist, ausländische Zeitungen liest, (…) im Ausland Grundbesitz hat”.

38 

Helfer 2009Helfer Herrera Erazo, Marianne. 2009. “El retorno a su país de origen de trabajadores migrantes gallegos en Suiza: una perspectiva etno-biográfica”. En Migración y exilio españoles en el siglo XX, editado por Luís M.Calvo Salgado, ItzíarLópez Guil, VeraZiswiler y CristinaAlbizu Yeregui, 215-228. Madrid / Frankfurt: Iberoamericana Vervuert., 222.

39 

Helfer 2009Helfer Herrera Erazo, Marianne. 2009. “El retorno a su país de origen de trabajadores migrantes gallegos en Suiza: una perspectiva etno-biográfica”. En Migración y exilio españoles en el siglo XX, editado por Luís M.Calvo Salgado, ItzíarLópez Guil, VeraZiswiler y CristinaAlbizu Yeregui, 215-228. Madrid / Frankfurt: Iberoamericana Vervuert., 221. Helfer 2007Helfer Herrera Erazo, Marianne. 2007. Os retornados. Eine biographische Perspektive auf die Rückwanderung von Arbeitsmigrantinnen und -migranten aus der Schweiz nach Galicien (Spanien). Bern: Institut für Sozialanthropologie., 73-74.

40 

Calvo Salgado 2008Calvo Salgado, Luís M.2008. “La emigración española en Suiza desde los años sesenta y la primera etapa de las relaciones bilaterales en materia de política migratoria”. En Migraciones y coyuntura económica del franquismo a la democracia, editado por Josebade la Torre y GloriaSanz Lafuente, 289-316. Zaragoza: Prensas Universitarias de Zaragoza., 298.

41 

Oso Casas 2004Oso Casas, Laura. 2004. Españolas en París. Estrategias de ahorro y consumo en las migraciones internacionales. Barcelona: Edicions Bellaterra., 143.

42 

Shubert 1999Shubert, Adrian. 1999. Historia social de España (1800-1990). Hondarribia: Nerea., 380-381.

43 

Oso Casas 2004Oso Casas, Laura. 2004. Españolas en París. Estrategias de ahorro y consumo en las migraciones internacionales. Barcelona: Edicions Bellaterra., 170.

44 

Citado en Oso Casas 2004Oso Casas, Laura. 2004. Españolas en París. Estrategias de ahorro y consumo en las migraciones internacionales. Barcelona: Edicions Bellaterra., 169.

45 

Sobre vergüenza, humillación y orgullo en la emigración, véase Ariza 2017Ariza, Marina. 2017. “Vergüenza, orgullo y humillación: contrapuntos emocionales en la experiencia de la migración laboral femenina”. Estudios Sociológicos 35 (103): 65-89. 10.24201/es.2017v35n103.1510., 73-76.

46 

García Sanchiz, Federico, “Termes humanos”, La Vanguardia Española, Barcelona, 15/7/1961: 11.

47 

De hecho, la emigración también planteaba un problema en el caso de un conflicto bélico. Por esta razón, los emigrantes varones debían firmar una declaración jurada en la que se comprometían a volver a España y concentrarse en la correspondiente caja de recluta y a presentarse ante las autoridades consulares españolas en el país de acogida.

48 

Prieto 2021Prieto, Moisés. 2021. “Corrupt and Rapacious: Colonial Spanish-American Past Through the Eyes of Early Nineteenth-Century Contemporaries. A Contribution from the History of Emotions”. En Corruption, Empire and Colonialism in the Modern Era, Palgrave Studies in Comparative Global History, editado por RonaldKroeze, PolDalmau y FrédéricMonier, 105-139. Singapore: Palgrave Macmillan, 10.1007/978-981-16-0255-9_5., 109.

49 

Rosenwein 2002Rosenwein, Barbara H.2002. “Worrying about Emotions in History”. The American Historical Review 107 (3): 821-845. 10.1086/ahr/107.3.821., 842.

50 

Frevert 2020Frevert, Ute. 2020. The Politics of Humiliation. A Modern History. Oxford: Oxford University Press., 8: “true humiliation or shaming takes place in a public space in front of witnesses who play an indispensable, active role”.

51 

Redondo Carrero 2014Redondo Carrero, Emilio. 2014. “La política migratoria en las Cortes franquistas: intervencionismo estatal y asociacionismo”. En El asociacionismo de la emigración española en el exterior: significación y vinculaciones, editado por Juan AndrésBlanco Rodríguez y ArsenioDacosta, 563-580. Madrid: Sílex., 572-574.

52 

Prieto 2020Prieto, Moisés. 2020. “Erasing the Fear from the Eyes: A Micro-Narrative on Emotions in Spanish Migration to Cold-War Switzerland”. Emotions: History, Culture, Society 4: 252-278. 10.1163/2208522X-02010095., 258 y 262.

53 

Prieto 2015Prieto, Moisés. 2015. Zwischen Apologie und Ablehnung. Schweizer Spanien-Wahrnehmung vom späten Franco-Regime bis zur Demokratisierung (1969-1982). Köln: Böhlau. 10.7788/9783412502577., 148.

54 

Joya, Ramón, “Otra de insectos”, Zurich, Antorcha, agosto de 1961: 5-6. Antorcha es una publicación mensual, mecanografíada y fotocopiada, realizada por un grupo de emigrantes españoles en Suiza.

55 

Depeursinge, André, “Les espagnols à la recherche d’un paradis”, Gazette de Lausanne, Lausana, 21-22/7/1962: 5: “Ils n’ont pas l’air conquérant des Croisés, ces Espagnols que les wagons vomissent par centaines sur le quai. Dans leurs yeux, pendant qu’ils se rendent à la douane en troupeau compact, une crainte presque animale qui remonte du fond de la préhistoire. “Les Espagnols de ce côté”. Le geste de l’agent est explicite, pas besoin de traduire. Les autres voyageurs passent, quelques-uns avec un sourire compatissant, certain avec l’air entendu du négrier devant des esclaves”.

56 

Depeursinge, André, “Les espagnols à la recherche d’un paradis”, Gazette de Lausanne, 21-22/7/1962: 5: “Les histoires de passeurs qui se font payer très cher pour abandonner leur client sur un pâturage, les tentatives de suicide, ceux qui sont presque morts de faim. On peut tenter sa chance en faisant de l'auto-stop pour passer la douane avec des touristes, des vrais. Ou bien essayer chaque matin, de traverser, mêlé aux travailleurs réguliers se rendant à Genève”.

57 

Véase también el caso del cortometraje Notes sur l’émigration de 1960 (Calvo Salgado y Prieto 2019Calvo Salgado, Luís M. y MoisésPrieto. 2019. “Microhistoria del comienzo de la emigración española en Suiza: lucha política y una película prohibida”. En Trayectorias literarias hispánicas: tradición, innovación y nuevos paradigmas, editado por VeronicaOrazi, FedericaCappelli, IoleScamuzzi y BarbaraGreco, 329-343. Roma: AISPI Edizioni. https://cvc.cervantes.es/literatura/aispi/pdf/bib_05/05_329.pdf., 336-340). Todavía en el año 1975, también Enrique Tierno Galván lamentaba el desamparo y la escasa preparación de los emigrantes españoles que abandonaban el país (Prieto 2013Prieto, Moisés. 2013. “A la Transición española a través de programas de la Radio Suiza de habla italiana — RSI (1975-1978)”. Revista internacional de Historia de la Comunicación 1 (1): 200-224. 10.12795/RiHC.2013.i01.10., 209).

58 

Shubert 1999Shubert, Adrian. 1999. Historia social de España (1800-1990). Hondarribia: Nerea., 381.

59 

Helfer 2009Helfer Herrera Erazo, Marianne. 2009. “El retorno a su país de origen de trabajadores migrantes gallegos en Suiza: una perspectiva etno-biográfica”. En Migración y exilio españoles en el siglo XX, editado por Luís M.Calvo Salgado, ItzíarLópez Guil, VeraZiswiler y CristinaAlbizu Yeregui, 215-228. Madrid / Frankfurt: Iberoamericana Vervuert., 225.

60 

Oso Casas 2004Oso Casas, Laura. 2004. Españolas en París. Estrategias de ahorro y consumo en las migraciones internacionales. Barcelona: Edicions Bellaterra., 169 y 175.

61 

La cervelat es una salchicha de carne mixta, típica de la gastronomía suiza.

62 

Osella y Osella 2000Osella, Filippo y CarolineOsella. 2000. “Migration, money and masculinity in Kerala”. Journal of the Royal Anthropological Institute 6 (1): 117-133. 10.1111/1467-9655.t01-1-00007., 127.

63 

Mauss 2013Mauss, Marcel. 2013. “Essai sur le don. Forme et raison de l’échange dans les sociétés archaïques”. En Marcel Mauss. Sociologie et anthropologie, editado por ClaudeLévi-Strauss, 145-279. Paris: Quadrige., 147: “Dans la civilisation scandinave et dans bon nombre d’autres, les échanges et les contrats se font sous la forme de cadeaux, en théorie volontaires, en réalité obligatoirement faits et rendus”.

64 

Davis 2000Davis, Natalie Zemon. 2000. The gift in sixteenth-century France. Oxford: University of Oxford Press., 5-6.

65 

Rhoades 1978Rhoades, Robert E.1978. “Intra-European Return Migration and Rural Development: Lessons from the Spanish Case”. Human Organization 37 (2): 136-147. https://www.jstor.org/stable/44126090., 144 (énfasis original): “In his birthplace, the returned migrant is now the envied owner of a home and automobile, perhaps a proud business entrepreneur, or a minilandlord. He is a story-book hero, the hijo del pueblo, a man of importance in a system which formerly exploited and humiliated him”.

66 

Berger y Komori 2011Berger, Verena y MiyaKomori. 2011. “La estética de la emigración: la figura del emigrante en el cine español y portugués”. Quaderns de cine 6: 19-32. 10.14198/QdCINE.2011.6.02., 20. Martín Pérez 2012Martín Pérez, Sonia. 2012. La representación social de la emigración española a Europa (1956-1975). El papel de la televisión y otros medios de comunicación. Madrid: Ministerio de Empleo y Seguridad Social., 159.

67 

Feijoo Sánchez 2019Feijoo Sánchez, Adrián. 2019. “A emigración no cine de Chano Piñeiro: Mamasunción (1985) e Sempre Xonxa (1989)”. Casa dos Espellos: revista poliédrica da cultura galega 2. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/7037919.pdf., 192: “regresar con cartos, co traxe novo, garabata e o mellor coche que houbera”.

68 

Martínez Crespo 2010Martínez Crespo, Xurxo. 2010. “50 anos da emigración galega en Suíza. Os primeiros emigrantes”. En Galiza en Suíza. Aspectos dunha emigración, editado por Luís ManuelCalvo Salgado, ElisabethGraf, MarianneHelfer Herrera Erazo y XurxoMartínez Crespo, 127-180. s. l.: Confederación Intersindical Galega., 148, 155, 160, 176, 178 y 179.

69 

Schoeck 1970Schoeck, Helmut. 1970. Envy. A Theory of Social Behaviour. New York: Harcourt, Brace & World., 219.

70 

Oso Casas 2004Oso Casas, Laura. 2004. Españolas en París. Estrategias de ahorro y consumo en las migraciones internacionales. Barcelona: Edicions Bellaterra., 172.

71 

Unamuno 1917Unamuno, Miguel de. 1917. Abel Sánchez. Una historia de pasión. Madrid: Renacimiento., 79.

72 

Citado en Graf 2010, 117: “O que non me gusta é a envexa que reina aquí por todas partes. Hai molta xente que ten medo das persoas que non coñecen e non queren de ningún modo coñecelas. Tan pronto como se dan conta de que ti es calquera cousa ou de que sabes facer algo que eles non saben, mírante raro. E, cando es una retornada, senten envexa porque ti te podes permitir quizais algunha cousa que eles non poden e agardan que che vaia mal. E iso entón gústalles”.

73 

Simmel 1908Simmel, Georg. 1908. Soziologie. Untersuchungen über die Formen der Vergesellschaftung. Leipzig: Duncker & Humblot., 685.

74 

Prieto 2020Prieto, Moisés. 2020. “Erasing the Fear from the Eyes: A Micro-Narrative on Emotions in Spanish Migration to Cold-War Switzerland”. Emotions: History, Culture, Society 4: 252-278. 10.1163/2208522X-02010095., 262.

75 

Buechler y Buechler 1975Buechler, Hans C. y Judith-MariaBuechler. 1975. “Los Suizos: Galician Migration to Switzerland”. En Migration and Development. Implications for Ethnic Identity and Political Conflict, editado por HelenIcken Safa y Briandu Toit, 17-29. Paris: Walter de Gruyter., 25-26. Rhoades 1978Rhoades, Robert E.1978. “Intra-European Return Migration and Rural Development: Lessons from the Spanish Case”. Human Organization 37 (2): 136-147. https://www.jstor.org/stable/44126090., 139.

76 

Citado en Graf 2010Graf, Elisabeth. 2010. “Persoas criadas en Suíza: secondas e secondos contan…” En Galiza en Suíza. Aspectos dunha emigración, editado por Luís ManuelCalvo Salgado, ElisabethGraf, MarianneHelfer Herrera Erazo y XurxoMartínez Crespo, 109-124. s. l.: Confederación Intersindical Galega., 114: “As veces dicíanme: “Ti non es española, es suíza porque naciches en Suíza”. Mais eu respondía: “Iso é igual, os meus país son españois””.

77 

Citado en Graf 2010Graf, Elisabeth. 2010. “Persoas criadas en Suíza: secondas e secondos contan…” En Galiza en Suíza. Aspectos dunha emigración, editado por Luís ManuelCalvo Salgado, ElisabethGraf, MarianneHelfer Herrera Erazo y XurxoMartínez Crespo, 109-124. s. l.: Confederación Intersindical Galega., 117: “En España ao primeiro chamábanme a miúdo “la suíza”, mais nunca me molestou, e cando viron que non reaccionaba pronto deixaron de facelo”.

78 

Waldenfels 1995Waldenfels, Bernhard. 1995. “The other and the foreign”. Philosophy & Social Criticism 21: 111-124. 10.1177/0191453795021005-609., 115: “The foreign is not only distinct from ownness, but cut off from it”.