Hispania. Revista Española de Historia 84 (278)
ISSN-L: 0018-2141, eISSN: 1988-8368
https://doi.org/10.3989/hispania.2024.1092

"Faltan muchos porque les quedó mal cuerpo del día anterior". Antialcoholismo patronal en un contexto de paternalismo industrial. El caso de la Sociedad Hullera Española (Asturias), 1892-1936”

"Many are absent because they are in a bad way from the previous day". Employer anti-alcoholism in a context of industrial paternalism. The case of Sociedad Hullera Española (Asturias), 1892-1936

 

LA POLÍTICA DE PERSONAL DE LA SOCIEDAD HULLERA ESPAÑOLA Y LA FIGURA DEL MARQUÉS DE COMILLAS

 

La Sociedad Hullera Española (SHE) fue fundada en 1892, a partir de las concesiones mineras de Aller (Compañía La Montañesa), que había adquirido en 1881 Antonio López, primer marqués de Comillas. Antonio Víctor López López, natural de Comillas y de origen muy humilde, fue un indiano exitoso que hizo fortuna en Cuba y creó la Compañía Transatlántica, el Banco Hispano Colonial, la Compañía de Tabacos de Filipinas, el Crédito Mercantil y otras empresas, además de contar con importantes participaciones en muchas más, como la Compañía de Ferrocarriles del Norte, y de tener intereses en el comercio de esclavos1Rodrigo y Alharilla 2021.. Compró el coto minero de Aller con la intención de abastecer de carbón a su naviera, aunque la importancia de este haría que la mayoría de su producción fuera vendida a terceros. Cuando murió en 1883 le sucedió al frente de sus negocios su hijo menor, Claudio López Bru, puesto que el primogénito —Antonio— había fallecido anteriormente. Claudio estudió derecho y marcó una fuerte impronta cristiana a su forma de dirigir las empresas. No en vano, promovió una peregrinación obrera a Roma en 1894, creó el Seminario-Universidad Pontificia de Comillas y tuvo un importante papel en la Acción Social Católica, siendo una figura pública muy relevante en la economía, pero también en la sociedad y en la política de su época2Bayle 1928, 6-7, 18-19, 56-57, 72-73, 198-221 y 258-273..

Aunque las minas de montaña se mantuvieron hasta que tras la Guerra Civil se profundizaron tres pozos verticales, la refundación de 1892 supuso una importante inversión, con la creación de dos fábricas de aglomerados, una batería de hornos de coque y un lavadero, lo que da idea del tamaño y el poder de la empresa3Reseña de las minas de la Sociedad Hullera Española, 1945, Archivo Histórico de Hunosa, Langreo, Asturias (AHH), fondo de la Sociedad Hullera Española, C/94.5.. Por su producción, atendiendo a la Estadística Minera, fue casi siempre la segunda hullera de Asturias. Según Sisinio Nevares, en 1881 La Montañesa contaba con 300 obreros y en 1936 llegaban a 4.000. Dado que por aquel entonces Aller registraba 21.150 vecinos es obvio que casi toda la población tendría relación con la empresa4Nevares 1936, 17.. Este hecho, unido a la relevancia de su dueño y la inexistencia de contrapoderes públicos que pudieran limitar su hegemonía en el contexto del caciquismo restauracionista, explican su práctica omnipotencia. La SHE controlaba las instituciones casi a su antojo y, a menudo, con procedimientos poco sofisticados pero efectivos, como las gratificaciones discrecionales a los secretarios de todos los ayuntamientos y juzgados de su área de influencia5Correspondencia de asuntos jurídicos, 1886-1966, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, C/180.1. También Correspondencia con los ayuntamientos de Oviedo, Mieres, Lena y Laviana, 1884-1933, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, C/185.1. Hay documentación anual sobre el tema en abundancia.. En otras ocasiones los instrumentos eran empleados de la empresa elegidos como concejales, que informaban a la dirección de las minas de los asuntos tratados en los plenos de las corporaciones con todo lujo de detalles. A finales del siglo XIX llegó incluso a pergeñarse un plan para crear un nuevo ayuntamiento segregando de los tres existentes (Aller, Lena y Mieres) las parroquias en las que la Hullera Española tenía explotaciones, con el fin de acentuar aún más el dominio de la empresa en ese contorno. La capital habría de ubicarse en la gran creación del marqués, el poblado de Bustiello, icono del paternalismo industrial finisecular. No se llevaron a efecto dichos planes por el revuelo que suscitaron y el miedo que a los caciques restauracionistas infundió el eventual descontento popular, pero dan una idea de la fuerza que la sociedad tenía en su entorno6Correspondencia con el Ayto. de Mieres, 1885-1959, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, C/248.1. Hay varias cartas de 1897, firmadas por Andrés González, un empleado de la SHE que era también concejal. Sobre la escisión y el nuevo ayuntamiento, Correspondencia y recortes de prensa sobre la constitución de un ayuntamiento en Bustiello, 1875-1896, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, C/274.4. .

En ese medio ambiente tan controlado, la empresa puso especial cuidado en la selección de personal y en el seguimiento individualizado de cada obrero a lo largo de toda su vida laboral, mediante expedientes personales en los que se consignaban los detalles más nimios7Dirección General de Agricultura, Minas y Montes 1911, 23-24. Buena parte de estas fichas de personal se conserva hoy en el Archivo Histórico de Hunosa.. Todo el mundo lo sabía y, de hecho, la SHE hacía un uso coactivo de esta circunstancia, uso del que más adelante tendremos ocasión de ver un ejemplo referido a la frecuentación del Círculo Obrero Católico auspiciado por ella.

Para la información social y técnica de su personal, la Hullera Española tiene una Oficina de Información con fichas para cada uno de los obreros que trabajaron, trabajan o aspiran a ingresar: en las fichas se anotan todos los datos correspondientes al interesado y su familia, procedencia, domicilio, etc., y también las notas favorables o adversas, aptitudes para el trabajo. En los cuarenta años largos de vida social, el archivo consta de más de 12.000 fichas8Nevares 1936, 17..

Esto es coherente con el hecho de que la SHE mostrara una acusada tendencia a reclutar trabajadores en su entorno inmediato, según relata el antropólogo José Luis García García9García García 1996, 13-14. El profesor García, natural precisamente del poblado de Bustiello de la SHE, falleció en el año 2020. Sirva este recordatorio de humilde homenaje.. La mano de obra inmigrante, a la que se recurrió poco, llegó procedente sobre todo de otros concejos asturianos y, por tanto, con facilidad para integrarse en la lógica socioeconómica de la zona. Incluso los trabajadores de fuera de la provincia venían de ambientes campesinos y en edades juveniles que permitían empezar desde abajo a aprender el oficio, dado que no era posible conseguir mineros experimentados y no existía nada parecido a una formación profesional. En cualquier caso, dado lo artesanal y cualificado del oficio, la dirección hubiera preferido encontrar personal ya formado, hasta el punto de permitirse proponer a sus superiores restar brazos de las explotaciones hulleras palentinas del marqués para traerlos a Asturias10M. Montaves (jefe de servicio, que más tarde ascendería a ingeniero director) a F. Parent (ingeniero director en ese momento), 12-10-1888, citada en Fernández Lorenzo 1989, 62. Gran parte de la correspondencia entre Montaves y Parent se ha perdido y por este motivo se cita a través de las transcripciones de la misma que aporta Fernández Lorenzo en su obra.. La mano de obra era escasa y, por tanto, convenía cuidar su formación, en todos los sentidos. La aplicación sistemática de políticas paternalistas está relacionada con esta necesidad. La SHE trató de impedir la emigración de alleranos y recurrió a la inmigración, como se ha indicado, solo de una forma muy moderada y escalonada, para favorecer la integración en torno al modo de vida del lugar. De hecho, durante la Primera Guerra Mundial fue la empresa que menos foráneos reclutó11García García 1996, 43.. El afán por evitar la salida de mano de obra del coto adquirió incluso tintes violentos:

Nosotros aquí hacemos la guerra a la emigración, del mejor modo que puede hacerse. Es bueno lo que usted dice y escribe al Sr. Sela y es bueno cuanto se haga al objeto de cortar el paso a tal plaga. El comisario de Buenos Aires [un reclutador] aún no se presentó. Hubieron de decirle que por alguna parte le iban a pegar una paliza como la que le quisieron pegar en Langreo, si no se escapa12M. Montaves a F. Parent, 20-3-1889, citada en Fernández Lorenzo 1989, 78..

En ocasiones se trató de implicar a las autoridades en la proscripción de la figura del emigrante, en los casos en los que tuviera deberes pendientes en el país:

¿Dónde están las dificultades que decían se presentaban a los que se quieren marchar no habiendo jugado la suerte de quintas, o estando aún sujetos a las armas? Si es verdad que marchan muchos de los que yo oigo, se van casi todos, y todos, o no han jugado aún la suerte, o deben estar sujetos a las armas. Si marchan ya diré a Vd. los antecedentes que sepa de los que se marchan13M. Montaves a F. Parent, 16-10-1888, citado en Fernández Lorenzo 1989, 63..

Por último, la política de comunicación de la empresa, si es que la podemos llamar así, pretendió también ser un baluarte contra la emigración. En 1913, la salida de quinientos mineros asturianos hacia las minas de Courrières y de L’Escarpelle, en el Norte de Francia, motivó un intercambio de escritos en la prensa entre Manuel Llaneza y Manuel Montaves, en el que este último defendía que las condiciones de trabajo en su empresa eran equiparables a las ofrecidas en el país vecino, algo bastante inverosímil14Muñiz Sánchez 2010, 127..

Por otro lado, en la reticencia a la inmigración a gran escala influiría el que fueran obreros más difíciles de controlar fuera de las horas de trabajo. Se temía sobre todo a la libertad del obrero sin ataduras y, no en vano, el ayuntamiento se quejó repetidamente de la conducta revoltosa de los inmigrantes en el período intersecular15García García 1996, 43.. En 1903 hasta se promulgó un bando —muy celebrado por la empresa— contra los estragos causados por las tabernas en el concejo de Aller16“Insistimos”, El Valle de Aller, Barcelona, 68, 1 de marzo de 1903: 1.. El foráneo, a menudo soltero y desarraigado, era más fácilmente frecuentador de estos y otros lugares sospechosos para el patrón, por lo que resultaba mucho menos conveniente. Tampoco era en principio provisor —salvo que se asentara en el lugar y tuviera descendencia— del relevo generacional de la mano de obra que tan crucial resultaba.

Otro serio inconveniente fue el absentismo, relacionado a menudo con formas de ocio desordenadas:

Antes de ayer fue fiesta, y como de las más significativas, y que nos iba a faltar mucha gente, di orden de no trabajar. Ayer, después de la fiesta faltó mucha gente al trabajo. Creí fuera lo que siempre sucede después de una fiesta y es que, al día siguiente, faltan muchos porque les quedó mal cuerpo del día anterior17M. Montaves a F. Parent, 27-3-1889, citado en Fernández Lorenzo 1989, 79..

La fiesta, la taberna y el alcohol son, por tanto, un poderoso motivo para que la empresa trate de extender su influencia a la totalidad de la vida de los obreros. La política patronal de personal no deja de ser, entre otras cosas, un dispositivo de aculturación inserto en sus objetivos de rendimiento empresarial. Las medidas de carácter social convirtieron a la SHE en paradigma del paternalismo industrial en Asturias, a consecuencia de su estrecha vigilancia de hasta los más nimios componentes de la cotidianidad de sus trabajadores. Si algo la distinguió del resto,

… fue su voluntad de actuar conforme a la lógica de su retórica. No solamente ésta proporcionó viviendas, escuelas, facilidades religiosas y recreativas y atención médica a sus obreros, sino que intentó utilizar todos estos medios para hacer de su propiedad un mundo aparte, para aislarlo en la medida de lo posible de su entorno y ejercer un completo control sobre la vida de los trabajadores y sus familias. La policía de la empresa, sus administradores en Asturias e incluso su presidente desde Barcelona se interesaron por los más insignificantes detalles de la vida de sus obreros en nombre siempre de la moralidad18Shubert 1984, 115..

Esta vocación por moldear a sus trabajadores se vio plasmada en las instituciones sociales que se crearon, aprovechando los todavía generosos espacios cedidos por la escasa actuación pública en esos ámbitos en la época a la que nos referimos.

Lo extraordinario en el Marqués de Comillas fue que, consecuente con su programa católico-social, antes de que se creara el Instituto de Reformas Sociales, 1903; el Instituto Nacional de Previsión, 1908; el Ministerio de Trabajo, 1920; y antes de que se dieran las leyes de descanso dominical y del trabajo de las mujeres y niños, 1900; de casas baratas, 1924; había instituido en la Hullera Española la Caja de Pensiones y Jubilaciones, 1893; la Caja de Socorros y Asistencia Médica, 1893; la Caja de Ahorros, 1902; los Economatos, 1893; las viviendas obreras, y había mandado observar el reposo no solo dominical, sino festivo, y prohibido todo trabajo a la mujer en las minas, y a los chicos hasta la edad de catorce años19Nevares 1936, 92-93..

Se ha reseñado ya, que la impronta que la personalidad y las convicciones de Claudio López imprimieron a la SHE fue muy acusada, otorgándole un matiz distintivo incluso entre otras empresas paternalistas. Sin embargo, esta influencia tenía límites muy claros, porque en caso de colisión prevalecían las necesidades operativas.

Desde que principió la construcción de la fábrica de aglomerados que dicho Sr. Marqués tiene en esta parroquia, el tercer precepto de la Ley de Dios y el primero de la Iglesia, son, con rarísimas excepciones, letra muerta. Desde la fecha indicada ni se respetaron los domingos ni se respetaron las grandes fiestas… ni se respetó tampoco el arraigado sentimiento católico de estos vecinos que, herido en lo más vivo, velan con tristeza semejante escándalo e incalificable abuso20Carta del cura coadjutor de Ujo en el periódico La Cruz de la Victoria, Oviedo, septiembre de 1887, citado en García García 1996, 212..

Circunstancias como esta llevaron a José Luis García García a relativizar la influencia de la personalidad del marqués. Al frente del día a día del negocio —muy complejo— estaban técnicos muy experimentados, como Manuel Montaves, que sabían perfectamente diferenciar ideologías de necesidades prácticas para alcanzar objetivos. En efecto, el paternalismo no consiste en que sus promotores interioricen y asuman el discurso que ellos mismos construyen, sino en conseguir que lo hagan aquellos a quienes va dirigido. No en vano, en la bien conocida narrativa paternalista —y, en particular, del marqués de Comillas— debían pensar quienes afeaban estos hechos, porque el descanso dominical solo se aprobaría en España en 1904, casi dos décadas después. Pese a todo, el que coetáneos como Manuel Llaneza atribuyeran a Claudio López las peculiaridades de su coto da idea del poder evocador que tuvo la ya glosada imagen pública del marqués, que, entre otras cosas, fue miembro del Consejo Nacional de Corporaciones Católicas Obreras21García García 1996, 28 y 31.. No en vano, de él se suscitaron encendidas loas en todos los ámbitos. Incluso el futuro cardenal Cascajares lo consideraba modelo de capitalista capaz de arreglar la cuestión social22Bayle 1928, 222..

El dueño —o su imagen— es, por tanto, la referencia, el horizonte, aunque a veces sea discordante con la realidad inmediata. La utilización fetichista de la figura del patrón no es privativa de la SHE, porque de hecho resulta característica del paternalismo, sobre todo del más arcaizante o patriarcal23Sobre la categorización del paternalismo en función de su mayor inclinación a la asistencia o la previsión, véase Sierra Álvarez 1990, 146-147.. Esta narrativa era particularmente viable por la lejanía física del propietario, que visitó sus minas asturianas solo dos veces en su vida. Idealizar al ausente siempre es mucho más sencillo. Por supuesto, en los dos advenimientos del marqués hubo profusión de inauguraciones de sus obras sociales y concesiones graciosas de todo tipo. Según José Luis García, la empresa utilizaba el nombre y la figura de Claudio López en los momentos de celebración y en aquellas actividades que eran fuente de reconocimiento en los hogares obreros y trataba de mantenerlo alejado de todo conflicto, interponiendo a los administradores como escudos. Para ello contaron con la colaboración entusiasta no solo de la publicación que sufragaban, El Valle de Aller, sino de la mayoría de la prensa de la época, que no escatimaba un elogio ni la atribución de un solo mérito, real o supuesto24La Victoria de la Cruz, Diario del Principado de Asturias, Oviedo, 22 de octubre de 1892. García García 1996, 195..

Hubo también prensa crítica con Claudio López, pero esta debió andar con cuidado para evitar represalias. El marqués emprendió acciones judiciales contra El Eco de Mieres, cuyo director fue condenado al destierro por un artículo que se consideró injurioso25Querella contra El Eco de Mieres, 1901, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, C/182.4.. Dadas las fechas, cabe incluso preguntarse si este asunto pudo tener una influencia en la fundación del mencionado periódico de la empresa en ese mismo año. Tal vez López buscaba contrarrestar directamente el influjo de esta prensa no afín. Con todo, no era la primera publicación de Comillas dedicada a los obreros, puesto que ya en 1890-1892 había promovido La Semana Popular Ilustrada, editada en Barcelona con este fin y, como sucederá con El Valle de Aller, también con el alcohol como una preocupación de primera página, aunque con un foco aún más global y sin alusiones a las minas de Asturias26Sierra Álvarez 1985, 59. Véase al respecto también Faes Díaz 2009, 93. La inspiración en La Semana Popular Ilustrada resulta bastante evidente para El Valle de Aller. Pretende tener, al igual que aquella, un aire instructivo y aleccionador para la clase obrera a la que se dirige, si bien sus propósitos —y no digamos su lenguaje— no parecen los más adecuados para tal fin, en ambos casos.. Sea como fuere, la reacción legal en esta ocasión atestigua que, más allá de la defensa del honor, la SHE era muy sensible al menoscabo de la imagen pública del patrón, que tanto se cultivaba con fines mucho más prácticos de lo que cabría pensar en una aproximación superficial.

“¡GUERRA AL ALCOHOL, GUERRA A LA TABERNA, GUERRA A LA IGNORANCIA, GUERRA A LAS PROPAGANDAS PERNICIOSAS QUE SON VEHÍCULO POR DONDE LA HUMANIDAD SE CONTAGIA!”27“La estadística negra”, El Valle de Aller, 46, 28 de septiembre de 1902: 1.

 

La arenga que sirve de título a este epígrafe, extraída de un artículo aparecido en El Valle de Aller, es un resumen bastante ajustado de la imagen que la empresa tenía de la taberna —chigre en la provincia28El nombre se debe a la semejanza de un aparato para descorchar las botellas de sidra con un tipo de grúa de idéntica denominación que se empleaba en los puertos de mar.— o, al menos, de la que quería difundir. Como se ha indicado, este tipo de establecimiento va a tener un lugar de privilegio en las preocupaciones empresariales de la época en la minería asturiana y casi por doquier. Para su estudio, junto a algunas fuentes clásicas, será de vital importancia la información contenida en la cabecera patronal El Valle de Aller, sostenida por la empresa del marqués de Comillas entre 1901 y 1909 para solaz —y conveniente socialización— de su plantilla29Esta publicación ha podido ser consultada gracias al buen hacer del Muséu del Pueblu d’Asturies y, en particular, a la profesionalidad y amabilidad de su documentalista, Sonia Gayo Arias..

El chigre es un espacio de sociabilidad informal, relacionado con los cambios sociales en curso y con la conformación de una identidad obrera emergente. En términos generales, las organizaciones de clase se alinearán con el higienismo social y las tesis patronales en su rechazo a estos establecimientos como ocio obrero, si bien llegarán a esta posición con un retraso que se explica fácilmente… porque las tabernas son la misma sala de partos en la que partidos y sindicatos de trabajadores vieron la luz, como muy bien refleja Émile Zola en su novela Germinal, por ejemplo. Esto no obsta para que, en un momento posterior, traten de sustituir estos establecimientos por casas del pueblo para prodigar un ocio sano, barato y que sirviera a la difusión de una cultura obrera alternativa, paradójicamente, tanto a las tentativas patronales de hegemonización como a la cultura popular en contacto con la cual habían nacido30Véase Campos Marín 2001.. Como ya se señaló, en este propósito convergen con un espectro que va “del romanticismo conservador al naturalismo darwinista y del catolicismo social al militantismo obrerista”31Sierra Álvarez 1994, 77.. Lo mismo sucede con las instancias directivas de la minería, que a menudo señalan a la vivienda —y al ama de casa, si es que no se las considera un todo— como causa y posible remedio del mal32De Llano 1906, 27. Nevares 1936, 62..

Es asunto éste de excepcional importancia, por ser la habitación el más importante de los factores del bienestar obrero, que constituye, como alguna vez se ha dicho, “la mejor garantía de la civilización y la escuela de las virtudes domésticas” (…). Es de justicia reconocer que la mala condición de las viviendas es uno de los factores primordiales del alcoholismo, y que si éste no se justifica, llega a tener explicación cuando el hogar obrero no atrae y el trabajador que a las tres o las cuatro de la tarde, con la actual jornada, ha terminado su tarea en región que, como la asturiana, por ser muy lluviosa, no invita a estar a la intemperie, no encuentra otro lugar de solaz que la taberna33Aldecoa et al.1926, 55..

Porque en los ámbitos empresariales preocupaban sobre todo las grandes cantidades de alcohol que se consumían y su más que frecuente baja calidad, que convertían el tiempo no laborable en período de desgaste y no de descanso como era su interés34Manuel Montaves, “Alcoholismo (conclusión)”, El Valle de Aller, 18, segunda quincena de marzo de 1902: 2. El artículo es la transcripción del discurso de Montaves el 23 de febrero de ese año en el Círculo Obrero Católico de Bustiello..

Hay muchos enfermos de las borracheras del domingo; entre ellos un contratista que está muy malo. No quieren convencerse que aquí los alcoholes son verdaderos venenos y lo pagan; pues de esas borracheras quedan durante 6 ó 7 días para no servir para nada35Carta de Montaves a Parent, 16-10-1888, citado en Fernández Lorenzo 1989, 63..

La adulteración de los alcoholes, junto con el abuso de los mismos, parece ser la causa fundamental del absentismo, sobre todo los lunes y similares36La falta al trabajo en lunes alcanzó cotas de hasta el 75 % en la cuenca de Quirós en el año 1920, según tesina de Lucio Torón y Villegas, Memorias de las Minas de Teverga, citada por Shubert 1984, 36. : “Como día después de paga, hay todavía mucho borracho y falta mucho personal al trabajo, de manera que la producción hoy y mañana será menor”37Carta de Montaves a Parent, 14-10-1888, citado en Fernández Lorenzo 1989, 63. La hullera es una industria muy dependiente de la mano de obra por su carácter todavía fuertemente artesanal y escasamente o nada mecanizado, por lo que las fluctuaciones en la producción están relacionadas por lo general con el mayor o menor aporte de brazos en cada momento.. Hasta tal punto estaba relacionado el alcohol en la zona con la presencia de los mineros que en 1927 el alcalde de Aller escribía al director de la SHE para conocer las variaciones en la plantilla de la misma que pudieran explicar la notable fluctuación del consumo de vinos con respecto al anterior ejercicio38Cartas de diciembre de 1927, Archivo Municipal de Aller, A 532-1.. La anécdota se antoja suficientemente significativa por sí misma.

Obviamente además el chigre tenía un inconveniente añadido, al tratarse de un lugar escasamente intervenido por los grupos sociales hegemónicos.

Las tabernas que se significan contra el buen orden y propagandistas de huelga y hasta de matar y destruir [incluyen] la casa que se llama la Confitería de Moreda, donde también se juega y se expenden vino y licores; éstas son las casas en las que se hace propaganda, porque entienden que con el buen orden ellos no viven, y protegen y patrocinan todos los vicios y malas costumbres39Carta de Montaves a Parent, 28-3-1891, citado en Shubert 1984, 114..

Como el propio Montaves señalaba en las páginas de El Valle de Aller, “el alcohol es un gran agente electoral y las tabernas colegios permanentes de propagandas perniciosas”40Manuel Montaves, “Alcoholismo (conclusión)”, en El Valle de Aller, 18, segunda quincena de marzo de 1902: 2.. Pero esta idea estaba presente en la publicación también cuando se trataban temas poco o nada relacionados con el asunto, como una peregrinación religiosa: cualquier ocasión era buena para afear al naciente movimiento obrero que efectuara su propaganda “con las turbias conciencias del alcohol”41“La mejor propaganda”, El Valle de Aller, 186, 3 de junio de 1905: 1.. Esta lógica lleva, por ejemplo, a relacionar un atentado anarquista con la bebida, sin que parezca haber mucho fundamento para ello ni se aporte dato ni razonamiento alguno que refrende dicha opinión42“A la luz del relámpago”, El Valle de Aller, 189, 24 de junio de 1905: 1.. La obsesión tenía, sin embargo, unas bases reales. La opacidad de los chigres para la vigilancia de la empresa explica —junto a su natural frecuentación por los trabajadores— que fueran lugar preferente de actividad política, muy especialmente en las grandes etapas de clandestinidad organizativa43Sobre las campañas contra estos establecimientos, ver Uría 1994. También Chastagnaret 1990.. Esta inquietud no solo la encontramos en las páginas de El Valle de Aller, sino también en la correspondencia de la compañía y, por supuesto, en la literatura social de la época, a la que esta no era ajena44Gimeno de Azcárate 1900, 52. Carta de un empleado al director M. Rubiera, 9-8-1923, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, Correspondencia de la dirección y la subdirección, C/242.2.. Siguiendo esta senda, Montaves identifica tres tipos de males propagados por la taberna: contra el mismo individuo (deterioro físico y mental, muerte prematura), contra la familia (abandono de la vigilancia y educación de los hijos, derroche de dinero) y contra la sociedad (descendientes enfermizos, discapacitados y tendentes al crimen)45Manuel Montaves, “Alcoholismo”, El Valle de Aller, 17, primera quincena marzo 1902: 2.. Hay, por tanto, una preocupación por las consecuencias directas sobre la actividad de la empresa, pero se percibe también el influjo de la llamada medicina social de la época, aunque las concomitancias entre ambas, por otro lado, son evidentes. No olvidemos que en este período proliferan las topografías médicas, en especial en los municipios industriales de la región46Jove y Canella 1923; 1925; 1927. Jove y Canella y Alonso 1932. Muñiz Prada 1885. Villalaín Fernández 1911. En consonancia con esta tendencia, es constante para la empresa el ejercicio de relacionar el alcohol con el deterioro físico y mental47“Noticias”, El Valle de Aller, 12, segunda quincena de diciembre de 1901: 6. “El alcoholismo”, El Valle de Aller, 71, 22 de marzo de 1903: 1. “De higiene”, El Valle de Aller, 94, 30 de agosto de 1903: 1. “Estragos del alcohol. Gastrites [sic] de los bebedores”, El Valle de Aller, 117, 7 de febrero de 1904: 14. “Un veneno”, El Valle de Aller, 192, 15 de julio de 1905: 2. “La alimentación del obrero”, El Valle de Aller, 196, 12 de agosto de 1905: 1. “Un enemigo del pueblo”, El Valle de Aller, 292, 22 de junio de 1907: 2-3. “Contra el alcohol”, El Valle de Aller, 308, 12 de octubre de 1907: 2. o, incluso, la muerte48“Noticias”, El Valle de Aller, 2, segunda quincena de julio de 1901: 7.. No deja de ser un tanto exculpatorio para el patrón poder afirmar que según el Congreso Nacional de Higiene de Alemania el 40 % de las enfermedades de mineros tendrían por origen la bebida49“De higiene”, El Valle de Aller, 94, 30 de agosto de 1903: 1.. Esta invocación revela, además, que estaban al tanto de las novedades académicas que en la época proliferaban sobre la “cuestión obrera” en el terreno médico50García Álvarez 2008; 2005. Uría 1994. Campos Marín 1997., que les servían, no en vano, para orientar las normas de la Caja de Socorros ―excluyendo expresamente la atención a enfermedades “consecuencia de riñas o malas costumbres”― e incluso de la Caja de Retiros, con propósitos semejantes51Sierra Álvarez 1985, 61..

Del mismo modo, consta el conocimiento que del estudio social de la criminalidad tenían estas mismas instancias, por ejemplo, a través de la obra de Gimeno de Azcárate a la que se aludirá más adelante. Por último, no ignoraban el eco que en ambientes culturales próximos estaba produciendo todo esto. Así, podemos encontrar también referencias a Pereda, a falta de un Palacio Valdés que publicaría ese mismo año La aldea perdida:

El ilustre maestro de la novela española, Don José María de Pereda, con esa fuerza poderosa de observación y de Arte que es su característica, ha pintado todo el estrago que una taberna produce en un lugar pacífico y laborioso de la Montaña, transformando en holgazanes y pendencieros y hasta criminales a los que eran honrados y sencillos labradores52“Insistimos”, El Valle de Aller, 68, 1 de marzo de 1903: 1..

Por otro lado, hay que subrayar que en los ataques al chigre no estarán solos las empresas y los sindicatos. El mismísimo arzobispo de Oviedo, Martínez Vigil, destacaba en sus pastorales el nefasto efecto moral del mal hábito, pero también sus devastadoras consecuencias económicas. Desde la ciencia médica y social se dirigieron igualmente alegatos de gran contundencia contra los establecimientos en cuestión. Fernando García Arenal subrayaba el problema económico, la pérdida de capacidad productiva e incluso la criminalidad asociada a su consumo53Ramón Martínez Vigil, “La penitencia”, Boletín Eclesiástico del Obispado de Oviedo, 1903: 83-84, citado en Uría 1991, 63. García Arenal 1980, 227.. Pero, sin duda, el campeón en este terreno va a ser Gimeno de Azcárate, dado que para él es indudable la relación entre obrero y alcohol y, a su vez, entre este último y la delincuencia:

El alcoholismo lleva aparejado algo que es su complemento necesario, una verdadera institución, la taberna, escenario el más adecuado para su desarrollo y manantial inagotable del que brotan las páginas más sangrientas de la criminalidad54Gimeno de Azcárate 1900, 52..

Gimeno es de por sí una voz influyente, pero para el caso que nos ocupa resulta de particular interés por cuanto será invocado por la SHE desde las páginas de El Valle de Aller al tratar estas cuestiones55Manuel Montaves, “Alcoholismo (conclusión)”, El Valle de Aller, 18, segunda quincena marzo 1902: 2. . El hecho, relevante en sí, nos da idea de hasta qué punto los gestores de la SHE estaban al tanto de las novedades académicas respecto al problema en cuestión. Alcohol y crimen será otro binomio fecundo en la publicación del marqués56“Alcohol y crimen”, El Valle de Aller, 12, segunda quincena de diciembre de 1901: 2. “La estadística negra”, El Valle de Aller, 46, 28 de septiembre de 1902: 1. “Crónica”, El Valle de Aller, 97, 20 de septiembre de 1903: 14. “Lindezas del alcoholismo”, El Valle de Aller, 178, 8 de abril de 1905: 1..

Montaves alababa las medidas políticas contra el alcoholismo que se tomaban en otros países —fuerte imposición y restricciones a la fabricación y consumo57“Contra la borrachera”, El Valle de Aller, 218, 13 de enero de 1906: 3. Manuel Montaves, “Alcoholismo”, El Valle de Aller, 17, primera quincena marzo 1902: 2. Es paradójico que se acogiera a la imposición sobre las bebidas alcohólicas, cuando la empresa fue siempre muy crítica con el impuesto de consumos, fuente de frecuentes desórdenes sociales y encarecimiento del coste de la vida. Precisamente sobre esto podemos leer el artículo “Los consumos” (El Valle de Aller, 8, segunda quincena de octubre de 1901: 3), en el que se loa la campaña en curso contra los consumos y a la vez se critica que los viticultores intenten "arrimar el ascua a su sardina". En un tono similar, “Los consumos”, El Valle de Aller, 11, primera quincena de diciembre de 1901: 5. —.

Bajo la continua amenaza de la ley ya cuidará el propio tabernero, por la cuenta que le tiene, que no se malogre su pingüe negocio, que se abastece del jornal ganado con pena y fatiga por el obrero. Quien obtiene el rendimiento cargue con las responsabilidades58“Insistimos”, El Valle de Aller, 68, 1 de marzo de 1903: 1..

En tal dirección hay que interpretar también los artículos sin firma aparecidos en El Valle de Aller condenando las manifestaciones parisinas en contra de la prohibición de la absenta o loando el monopolio estatal y exclusivamente para fines terapéuticos establecido sobre el alcohol en Finlandia59“Víctimas del alcohol”, El Valle de Aller, 302, 31 de agosto de 1907: 3. “Buen ejemplo”, El Valle de Aller, 316, 30 de noviembre de 1907: 1.. Sin embargo, en ausencia de esas medidas políticas, en el coto del marqués de Comillas se adoptaron resoluciones expeditivas, como casi todas las que tomaba la Hullera Española, para alejar a la plantilla de estos establecimientos. Así, sabemos que en 1904 se organizó una patrulla especial de los guardas jurados para denunciar aquellas tabernas que abrieran en domingo, contraviniendo la ley de descanso dominical, a falta de otra más específica de la que echar mano. En 1912 se creó una partida semejante, esta vez conjuntamente con la Guardia Civil, con el fin declarado de velar por el orden y la paz en los lugares de reunión60Shubert 1984, 127. Carta del servicio de vigilancia al director, 12-4-1912, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, C/248.1.. Parece claro que la caracterización que Montaves hacía de la taberna como fuente de todo mal le llevaba a actuar en el terreno práctico61Manuel Montaves, “Alcoholismo (conclusión)”, El Valle de Aller, 18, segunda quincena marzo 1902: 2.. Al menos en 1908 se había dado una batida de similares características, con el objetivo de que los guardas denunciaran

… sin consideración alguna y bajo la responsabilidad del guarda encargado de dicho servicio á todos los dueños que tengan sus establecimientos de bebidas abiertos después de la una de la tarde, á excepción de los establecimientos que estén matriculados como cafés económicos62Carta del servicio de vigilancia al director, 24-1-1908, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, C/248.1..

Esta actividad fiscalizadora, por supuesto, dio lugar a las consiguientes represalias contra los locales, que eran denunciados ante el ayuntamiento cuando incumplían alguna normativa. Por otro lado, la vigilancia en estos términos por parte de la omnipresente guardería de la SHE fue continua en el tiempo y tuvo una gran incidencia, aunque no se guarde constatación documental de cada caso en los fondos de la sociedad. En el archivo municipal de Aller se conservan, solo para seis meses del año 1895, once denuncias colectivas de este tipo interpuestas por la empresa minera, casi siempre contra los mismos llagares y tabernas. Hasta tal punto llegaría la insistencia de la compañía del marqués con este asunto que el consistorio —o quizá la propia SHE— habría alertado a la Guardia Civil para que se implicara también en el control de estos establecimientos, como prueba que se hallen en la misma ubicación otros informes sobre el particular procedentes del instituto armado63Archivo Municipal de Aller, A 1050-5.. Claro que paralelamente también se registraban resistencias a este control policial. La más obvia era la de los propietarios de los establecimientos de bebidas. Los dueños de los locales eran con bastante frecuencia reincidentes en la falta, como se indicaba64Carta de la guardería al director, 30-6-1913, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, Correspondencia de la dirección con el servicio de guardería, C/237.2.. El problema de la SHE en relación a otras empresas hulleras que poseían todo el terreno en superficie en el entorno de sus explotaciones —Solvay y Cie., Real Compañía Asturiana de Minas, etc.— era que el enorme tamaño y las características de su coto no le permitían ejercer ese dominio omnímodo a título de propietaria, por lo que tenía que buscar otras estrategias en su guerra contra el alcohol.

La acción contra las tabernas fue, sin embargo, bastante directa, como se ha indicado. Claro que la resistencia a la misma adoptó igualmente en ocasiones formas bastante explícitas:

… en la noche del día 5 del actual una pareja de la Guardia Civil del Pt.º de Caborana auxiliada por la pareja que presta el servicio nocturno en Bóo, aquella hizo desalojar los establecimientos públicos enclavados en dicho punto, al poco rato y por las inmediaciones del pueblo y a ambos lados de este se oyeron varios disparos de arma de fuego sin que fuese posible averiguar quién los había hecho65Carta de la guardería al director, 30-6-1913, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, Correspondencia de la dirección con el servicio de guardería, C/237.2..

Los castigos de la empresa contra los borrachos, por su parte, eran bastante severos, ya que contemplaban la multa de cinco pesetas para la primera ocasión, del equivalente al salario de cinco días para la segunda y el despido fulminante a la tercera. Es cierto que aún más rigurosa resultaba la acción contra la blasfemia, que implicaba el cese inmediato del pecador en cuestión66Shubert 1984, 127.. Con todo, la cruda realidad de la falta de personal se impondría a menudo a este voluntarismo normativo: en 1891, en una de sus dos visitas al coto, Claudio López tuvo que ver cómo un minero que había sido despedido cuatro veces “por borracho” le pedía la readmisión… en evidente estado de intoxicación etílica67Faes Díaz 2009, 100-101.. Tan minucioso era el control que el mismísimo gerente y primo del propietario, Santiago López, encontraba tiempo para preocuparse por la afición a la bebida de algún empleado concreto:

Muy Sr. mío: habiendo llegado a mi conocimiento que el delineante de esas minas (…) es algo aficionado a la bebida, encontrándose alguna vez en completo estado de embriaguez, se servirá V. amonestarle seriamente por su comportamiento, advirtiéndole que en la primera ocasión en que se le vuelva a encontrar por las tabernas o en aquel estado, dejará de pertenecer a nuestra Sociedad68Santiago López al director de Ujo, 19-7-1904, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, Correspondencia de la dirección y la subdirección, C/275.8..

Es bastante obvio que el gerente de la Hullera Española concedía una gran importancia a estas cuestiones, porque era informado de cada taberna que se instalaba en la zona y de cómo evolucionaba el ambiente de la misma, así como de las solicitudes de alquiler de locales de la sociedad que pudieran ser susceptibles de albergar algún negocio de esta índole69Carta de Santiago López a Montaves, 27-3-1912, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, Correspondencia de la dirección y la subdirección, C/240.2.. Este era otro factor a considerar: en tanto que propietaria de bastantes edificios y solares en la zona, especialmente en los núcleos principales, la empresa —aun no pudiendo ejercer un control absoluto, como se mencionaba— podía decidir a quién y en qué condiciones arrendaba cada uno:

En contestación á su atta. de 16 cte. debo manifestar á V. que si el Sr. Zabaleta se concreta á tener una casa de huéspedes o un café serio, sin permitir juegos ni otros excesos, sin que ello sirva de tapadera para una taberna, no hay inconveniente en acceder a sus deseos70Carta de Santiago López a Montaves, 23-2-1912, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, Correspondencia de la dirección y la subdirección, C/240.2..

De ahí que cuando una viuda solicitaba permiso para vender cerveza y gaseosa detrás de uno de los bloques de viviendas de la empresa, esta le contestara que en sus terrenos estaba terminantemente prohibido establecer “expendidurías de ningún género de bebidas que den lugar a altercaciones ni a libaciones” [sic]71Citado en Shubert 1984, 127..

En ocasiones el consumo de alcohol y la sociabilidad que en torno al mismo se establecía venían acompañados de otras actividades pretendidamente inmorales en sí, como los bailes, que constituían una gran preocupación para las altas instancias de la Hullera:

Tengo el honor de participar a V. que el domingo último se inauguró una Sociedad llamada la “Alegría” cuyo local social es una parte del establecimiento de bebidas de (…), compuesta de unos 35 ó 40 individuos entre los cuales hay bastantes obreros de nuestra Sociedad, de los que en breve espero poder mandar una relación72Carta de guardería a dirección, 22-8-1913, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, Correspondencia de la dirección con el servicio de guardería, C/237.2..

La correspondencia entre el servicio de guardería, la dirección y la gerencia tenía frecuentemente por objeto este tema73Carta de S. López al director, 14-6-1913, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, Correspondencia de la dirección y la subdirección, C/240.2.. El cuidado de la compañía en este ámbito era tal que los habitantes del coto, sabedores, trataban a veces de sacar provecho. Por eso en el año 1923 el dueño de uno de los locales donde se celebraban bailes, conocedor del interés de la sociedad en actuar contra ellos, ofrecía no renovar el contrato de alquiler a cambio de un trabajo en la empresa del marqués y el adelanto de seis mil pesetas que le faltaban para terminar de pagar el edificio74Carta de un empleado al director M. Rubiera, 9-8-1923, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, Correspondencia de la dirección y la subdirección, C/242.2.. De todas formas, la Hullera Española no solo era objeto de alguna que otra coacción, sino que, sobre todo, sabía ejercerlas como nadie. El poder que le confería el hecho de ser la principal y casi única empleadora en gran parte del valle no era ninguna tontería:

En el cine que en el Campón de Caborana tiene instalado el carpintero del grupo de Turca (…) he podido enterarme que piensa en la noche del 16 celebrar un baile cuya duración será hasta la madrugada del 17.

Como quiera que se susurra que en alguna de las funciones cinematográficas dadas en dicho cine se han cometido algunos abusos contrarios a la moral, es de suponer que de verificarse este baile por su mucha duración y el continuo contacto entre jóvenes de ambos sexos pudiera dar lugar á que dichos abusos continuaran en mayor escala ó en la perdición tal vez de alguna de las jóvenes que asista a dicho espectáculo75Carta de guardería a dirección, 15-2-1915, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, Correspondencia de la dirección con el servicio de guardería, C/237.2..

El resultado de las gestiones de la empresa fue, por supuesto, la suspensión del citado baile y un torrente de excusas y buenas intenciones del propietario, algo comprensible porque la “pequeña indicación” que el jefe de la guardería sugiere haberle hecho fue invitarle a elegir entre esto y su trabajo en la Hullera Española76Carta de guardería a dirección, 18-2-1915, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, Correspondencia de la dirección con el servicio de guardería, C/237.2.. Así pues, la no exclusividad de la propiedad fundiaria e inmueble supuso la necesidad de actuar de forma diferente, pero no evitó que la compañía ejerciera un gran poder y obtuviera con mucha frecuencia los objetivos perseguidos, al menos en lo concreto e inmediato.

Parece claro que no se estaba dispuesto a admitir ninguna actividad que atentara contra la moral, que se tenía conceptualizada como elemento provisor de paz social y de cobertura ideológica al tipo de relación entre patrón y obrero que se pretendía, que no dejaba de ser paterno-filial en la concepción más clásica de la misma. Por supuesto, las formas “desordenadas” de sexualidad a que se alude en el caso anterior eran una preocupación en ese sentido, pero lo era aún más otra práctica que se encontraba también ligada, muy a menudo, y como ya sabemos, a los establecimientos de bebidas: la prostitución. Causó gran escándalo en los rectores de la compañía la peripecia de una tabernera cuya

… hija admite citadas cuantas personas solicitan sus favores, las cuales penetran en la casa con el pretexto de beber en la taberna que tiene establecida su madre (…) y que la citada joven se dedica a dar instrucción a párbulos [sic] cuya escuela tiene establecida en el entresuelo de la misma casa77Carta del servicio de vigilancia a la dirección, 23-7-1910, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, Correspondencia de la dirección y la subdirección, C/276.1..

Sin duda, que en el mismo lugar se reunieran alcohol, sexo y educación —a buen seguro heterodoxa— era más de lo que tan católica entidad podía tolerar y vendría a demostrar, a sus ojos, las conexiones entre la bebida, la destrucción de la familia y la subversión social. Así lo señalaba Montaves, haciendo a estos lugares foco de crímenes, deterioro físico y mental, despilfarro, subversión, juego, blasfemia… Un completo catálogo de pecados. ¿El antídoto? El Círculo Obrero Católico creado por la empresa:

¿Dónde consagra el obrero mejor a Dios el día del Domingo? ¿En el Círculo Obrero Católico, donde puede recibir saludables enseñanzas para su alma y cuerpo, o en esas cloacas del vicio que llamamos tabernas; donde gasta sus fuerzas y las aniquila en lugar de darles descanso y repararlas, donde aprende las ideas más abominables sobre todo lo que sea digno de respeto, donde se blasfema de Dios, de la Virgen y de sus Santos y en una palabra donde se degrada perdiendo hasta la facultad del conocimiento por la excesiva bebida?78Manuel Montaves, “Alcoholismo (conclusión)”, El Valle de Aller, 18, segunda quincena marzo 1902: 2. Un pasaje muy similar lo cita Shubert 1984, 114, en el discurso de inauguración del Círculo Obrero de Bustiello, a cargo de Montaves, el 5 de mayo de 1895. Por tanto, nos encontramos con un relato consolidado a lo largo del tiempo, que demuestra una gran constancia en el seguimiento de estos asuntos y una suerte de apostolado más o menos permanente también. No dejan de ser estos propósitos una especie de catecismo.

Sin embargo, para su disgusto, parece que la citada institución patronal de ocio no contaba con una gran pujanza a principios de siglo, por lo que el ingeniero no dudaba en resaltar el cuidadoso empleo que de la información sobre sus trabajadores hacía siempre la empresa, a los efectos a los que hubiera lugar:

Creo oportuno deciros que nuestros dignos Presidente y Gerente y demás Señores de nuestra Sociedad y yo, aun cuando por igual a todos os apreciemos tendremos siempre predilección por todo aquel que sea socio activo de este Círculo, y como en todos vosotros considero que sabéis el valor que tiene la palabra predilección dejo a vuestro claro criterio medir su alcance en este caso79Manuel Montaves, “Alcoholismo (conclusión)”, El Valle de Aller, 18, segunda quincena marzo 1902: 2..

Es sabido, por ejemplo, que la Hullera Española rifaba casas entre “los obreros del interior que mejores condiciones de moralidad y asiduidad reunían”80“Un templo minero”, Revista Minera, 1894: 327, citado en Sierra Álvarez 1985, 63.. No debe extrañar, por tanto, que se invocaran estas prácticas conocidas de todos para tratar de impulsar el Círculo, lo más parecido a las sociedades de templanza y cultura que se admiraban del mundo anglo y francófono, con mención expresa a la Liga Nacional contra el Alcoholismo presidida por Cheysson en Francia, no sin preguntarse por qué en España no funcionaban del mismo modo81“La asociación”, El Valle de Aller, 49, 19 de octubre de 1902: 1. “La plaga del alcohol”, El Valle de Aller, 283, 20 de abril de 1907: 1. Para la visión de Cheysson del problema del alcohol y del obrero en general, véase Cheysson 1904; 1886.. En este sentido, es curioso que se elogie el papel que en este ámbito desarrollaban los sindicatos de los Estados Unidos82“Lucha contra el alcoholismo”, El Valle de Aller, 110, 20 de diciembre de 1903: 1., pues no debemos olvidar que la SHE será una de las empresas refractarias al reconocimiento del Sindicato de los Obreros Mineros de Asturias (SOMA), creado a finales de 1910, y solo la derrota en una de las grandes huelgas fundacionales de esta organización le llevó a reconsiderar parcialmente y a regañadientes esta postura83Muñiz Sánchez 2009, 793-820.. Esto no parece haber sido impedimento para interpelarles en este terreno, demandándoles que impulsaran a los obreros a dejar ese vicio, mientras se les negaba su condición de representantes de los trabajadores a otros efectos84“El aguardiente y el vino”, El Valle de Aller, 7, primera quincena de octubre de 1901: 2..

Sin duda, la acción de la empresa será mucho más coherente en lo que atañe a la vivienda, puesto que no se detiene en las meras exhortaciones a procurar la higiene en el plano teórico-académico, al que siempre estuvieron muy atentos85“La higiene del obrero”, El Valle de Aller, 27, 18 de mayo de 1902: 1. “De higiene”, El Valle de Aller, 94, 30 de agosto de 1903: 1.. Al contrario, la SHE trató de desarrollar una política residencial que promoviera unos hábitos tendentes a la reposición física de la fuerza de trabajo entre una y otra jornada en la mina, lo que, entre otras muchas cosas, implicaba descanso, una alimentación adecuada y hogares cómodos y aseados que invitaran a pasar el tiempo en su interior y el ocio en pequeñas actividades hortícolas o las instituciones ad hoc creadas por la propia SHE86En esta dirección, es de gran interés la obra teórica y también práctica del abad Lemire en Francia, un reformismo católico sin duda conocido por los dirigentes de la Sociedad Hullera Española, como atestigua que se le mencione en el periódico. “Los jardines obreros”, El Valle de Aller, 210, 18 de noviembre de 1906: 1. Véase, al respecto, Mayeur 1968. También Lemire 1909.. En ese diseño la mujer tenía el papel de garante de la confortabilidad del hogar como antídoto para la frecuentación del chigre87“Lucha contra el alcoholismo”, El Valle de Aller, 110, 20 de diciembre de 1903: 1. y no faltaban las referencias a exitosas experiencias en este sentido de países como Noruega, donde “se asoció a la mujer en la campaña contra los establecimientos de bebidas, con brillantes resultados”88“Menos tabernas”, El Valle de Aller, 235, 12 de mayo de 1906: 1.. La efectividad de este uso de la vivienda patronal no debe considerarse en términos directos, sobre el pequeño porcentaje de los alojados por la Hullera Española —que debió rondar la décima parte de su plantilla89Muñiz Sánchez 2007, 48-49. —, sino ampliados potencialmente al conjunto por el influjo que la posibilidad de hacerse merecedor de tales atenciones pudo ejercer sobre la totalidad de la masa laboral.

CONCLUSIÓN

 

La Hullera Española fue una compañía minera ampliamente hegemónica en términos económicos, sociales y políticos en su zona de implantación. Dispuso además de una gran red de información y prestó una atención preferente a la comunicación social, entendida en un sentido amplio, lo que es coherente con la construcción de la imagen del patrón en un contexto de paternalismo industrial patriarcal o tradicional. Se ha dicho que las profundas convicciones católicas del marqués de Comillas fueron el timón de la política de personal de sus empresas y un análisis epidérmico puede llevar a esta conclusión, pero en la práctica conviene matizar esta afirmación, dado que tenemos ejemplos de que el discurso global colisionaba en ocasiones con la gestión diaria, llevada a cabo por empleados de alto rango in situ y confrontados a las dificultades y necesidades concretas del momento, que cabe suponer el patrón no llegaría habitualmente a conocer.

El consumo de alcohol fue una de las grandes preocupaciones de la empresa, en todas sus instancias, desde las más altas hasta los gestores inmediatos. Se consideraba fuente de males individuales, familiares y sociales de toda laya, incidiendo especialmente en el deterioro físico de los consumidores, pero sin poner necesariamente el acento en uno de los aspectos que en cambio más preocupaba desde un punto de vista productivo y práctico: el absentismo que por diversas vías favorecía, que sin embargo sí aparece retratado en las comunicaciones internas de servicio. En estos propósitos los cuadros de la empresa tuvieron el respaldo científico o paracientífico en ocasiones de las publicaciones de la época, que parecían conocer bien, así como la literatura con alusiones al particular.

Sin embargo, las derivadas médicas de la ingesta de espirituosos no fueron las únicas tenidas en cuenta. Los aspectos sociales, con el constructo de la taberna como epítome, fueron lamentados a menudo, con las frecuentes reyertas y el fomento de la subversión social y política en primera línea de unas invectivas que —si bien se realizan a menudo con un conocimiento somero— se explican precisamente por ese carácter opaco de estas zonas para la vigilancia de la compañía. Esto a pesar de que en ocasiones se enviarán patrullas de sus guardas jurados para verificar el estricto cumplimiento de la legalidad vigente en cuanto a horarios de apertura, a falta de otras normas más específicas para los fines de la SHE. Junto a esto, la posición de la empresa como principal empleadora y propietaria de la comarca permitirá realizar presiones sobre los llevadores de estos establecimientos, a menudo con resultados positivos. Sin embargo, no parece que la promoción del ocio sano e instructivo a través del círculo obrero católico auspiciado por la compañía haya tenido la repercusión deseada por la misma, a juzgar por las quejas del ingeniero director por la poca frecuentación del mismo.

En suma, nos encontramos ante una política de personal global y muy acabada que trata de conjugar un discurso filantrópico e higienista elevado que en términos abstractos es compatible y útil para los fines perseguidos, pero que sobre el terreno genera algunas disfunciones que se han podido ilustrar a lo largo de estas páginas. En esos casos, la empresa siempre decidió, a través de sus mandos, que prevalecieran las razones productivas y eminentemente prácticas por encima de cualquier otra consideración.

Agradecimientos

 

A Pelayo Venta Ibaseta, por la lectura del borrador y las sugerencias aportadas al mismo. Los eventuales errores y carencias son solo imputables, obviamente, a quien firma.

Fuentes de financiación 

Este trabajo se ha realizado en el marco del proyecto de investigación “La minería durante el franquismo: magnitudes y empresas”, (PID2022-137302NB-C31), financiado por Ministerio de Comercio, Economía y Empresa. Los investigadores principales son D. Miguel Pérez de Perceval Verde y D. Ángel Pascual Martínez, de la Universidad de Murcia.

Declaración de conflicto de intereses

 

El autor declara que no tiene intereses económicos ni relaciones personales que pudieran haber influido en el trabajo presentado en este artículo.

Declaración de contribución de autoría

 

Conceptualización, investigación, metodología, redacción (revisión y edición).

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Bayle 1928Bayle, Constantino. 1928. El segundo Marqués de Comillas, don Claudio López Bru. Madrid: Razón y Fé., 6-7, 18-19, 56-57, 72-73, 198-221 y 258-273.

3 

Reseña de las minas de la Sociedad Hullera Española, 1945, Archivo Histórico de Hunosa, Langreo, Asturias (AHH), fondo de la Sociedad Hullera Española, C/94.5.

4 

Nevares 1936Nevares, Sisinio. 1936. El patrono ejemplar. Madrid: Razón y Fé., 17.

5 

Correspondencia de asuntos jurídicos, 1886-1966, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, C/180.1. También Correspondencia con los ayuntamientos de Oviedo, Mieres, Lena y Laviana, 1884-1933, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, C/185.1. Hay documentación anual sobre el tema en abundancia.

6 

Correspondencia con el Ayto. de Mieres, 1885-1959, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, C/248.1. Hay varias cartas de 1897, firmadas por Andrés González, un empleado de la SHE que era también concejal. Sobre la escisión y el nuevo ayuntamiento, Correspondencia y recortes de prensa sobre la constitución de un ayuntamiento en Bustiello, 1875-1896, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, C/274.4.

7 

Dirección General de Agricultura, Minas y Montes 1911Dirección General de Agricultura, Minas y Montes. 1911. Informe relativo al estado económico y situación de los obreros de las minas y fábricas metalúrgicas de España y organismos de protección instituidos en beneficio de los mismos. Madrid: Dirección General de Agricultura, Minas y Montes., 23-24. Buena parte de estas fichas de personal se conserva hoy en el Archivo Histórico de Hunosa.

8 

Nevares 1936Nevares, Sisinio. 1936. El patrono ejemplar. Madrid: Razón y Fé., 17.

9 

García García 1996García García, José Luis. 1996. Prácticas paternalistas: un estudio antropológico sobre los mineros asturianos. Barcelona: Ariel., 13-14. El profesor García, natural precisamente del poblado de Bustiello de la SHE, falleció en el año 2020. Sirva este recordatorio de humilde homenaje.

10 

M. Montaves (jefe de servicio, que más tarde ascendería a ingeniero director) a F. Parent (ingeniero director en ese momento), 12-10-1888, citada en Fernández Lorenzo 1989Fernández Lorenzo, Guillermo. 1989. Apuntes para una posible historia de la minería asturiana. Mieres: autoedición., 62. Gran parte de la correspondencia entre Montaves y Parent se ha perdido y por este motivo se cita a través de las transcripciones de la misma que aporta Fernández Lorenzo en su obra.

11 

García García 1996García García, José Luis. 1996. Prácticas paternalistas: un estudio antropológico sobre los mineros asturianos. Barcelona: Ariel., 43.

12 

M. Montaves a F. Parent, 20-3-1889, citada en Fernández Lorenzo 1989Fernández Lorenzo, Guillermo. 1989. Apuntes para una posible historia de la minería asturiana. Mieres: autoedición., 78.

13 

M. Montaves a F. Parent, 16-10-1888, citado en Fernández Lorenzo 1989Fernández Lorenzo, Guillermo. 1989. Apuntes para una posible historia de la minería asturiana. Mieres: autoedición., 63.

14 

Muñiz Sánchez 2010Muñiz Sánchez, Jorge. 2010. “Emigración y estrategias sindicales en los inicios del Sindicato de los Obreros Mineros de Asturias (SOMA)”. Historia Social 68: 115-132., 127.

15 

García García 1996García García, José Luis. 1996. Prácticas paternalistas: un estudio antropológico sobre los mineros asturianos. Barcelona: Ariel., 43.

16 

“Insistimos”, El Valle de Aller, Barcelona, 68, 1 de marzo de 1903: 1.

17 

M. Montaves a F. Parent, 27-3-1889, citado en Fernández Lorenzo 1989Fernández Lorenzo, Guillermo. 1989. Apuntes para una posible historia de la minería asturiana. Mieres: autoedición., 79.

18 

Shubert 1984Shubert, Adrian. 1984. Hacia la revolución: orígenes sociales del movimiento obrero en Asturias. Barcelona: Crítica., 115.

19 

Nevares 1936Nevares, Sisinio. 1936. El patrono ejemplar. Madrid: Razón y Fé., 92-93.

20 

Carta del cura coadjutor de Ujo en el periódico La Cruz de la Victoria, Oviedo, septiembre de 1887, citado en García García 1996García García, José Luis. 1996. Prácticas paternalistas: un estudio antropológico sobre los mineros asturianos. Barcelona: Ariel., 212.

21 

García García 1996García García, José Luis. 1996. Prácticas paternalistas: un estudio antropológico sobre los mineros asturianos. Barcelona: Ariel., 28 y 31.

22 

Bayle 1928Bayle, Constantino. 1928. El segundo Marqués de Comillas, don Claudio López Bru. Madrid: Razón y Fé., 222.

23 

Sobre la categorización del paternalismo en función de su mayor inclinación a la asistencia o la previsión, véase Sierra Álvarez 1990Sierra Álvarez, José. 1990. El obrero soñado. Ensayo sobre el paternalismo industrial (Asturias, 1860-1917). Madrid: Siglo XXI., 146-147.

24 

La Victoria de la Cruz, Diario del Principado de Asturias, Oviedo, 22 de octubre de 1892. García García 1996García García, José Luis. 1996. Prácticas paternalistas: un estudio antropológico sobre los mineros asturianos. Barcelona: Ariel., 195.

25 

Querella contra El Eco de Mieres, 1901, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, C/182.4.

26 

Sierra Álvarez 1985Sierra Álvarez, José. 1985. “¿El minero borracho?: Alcoholismo y disciplinas industriales en Asturias”. Los Cuadernos del Norte 6 (29)., 59. Véase al respecto también Faes Díaz 2009Faes Díaz, Enrique. 2009. Claudio López Bru, Marqués de Comillas. Madrid: Marcial Pons., 93. La inspiración en La Semana Popular Ilustrada resulta bastante evidente para El Valle de Aller. Pretende tener, al igual que aquella, un aire instructivo y aleccionador para la clase obrera a la que se dirige, si bien sus propósitos —y no digamos su lenguaje— no parecen los más adecuados para tal fin, en ambos casos.

27 

“La estadística negra”, El Valle de Aller, 46, 28 de septiembre de 1902: 1.

28 

El nombre se debe a la semejanza de un aparato para descorchar las botellas de sidra con un tipo de grúa de idéntica denominación que se empleaba en los puertos de mar.

29 

Esta publicación ha podido ser consultada gracias al buen hacer del Muséu del Pueblu d’Asturies y, en particular, a la profesionalidad y amabilidad de su documentalista, Sonia Gayo Arias.

30 

Véase Campos Marín 2001Campos Marín, Ricardo. 2001. “Tabernas, sociabilidad obrera y control social en el Madrid de la Restauración”. En Modelar para gobernar. El control de la población y el territorio en Europa y Canadá. Una perspectiva histórica, editado por QuimBonastra, 43-57. Barcelona: Universidad de Barcelona..

31 

Sierra Álvarez 1994Sierra Álvarez, José. 1994. “«Rough Characters». Mineros, alcohol y violencia en el Linares de finales del siglo XIX”. Historia Social 19: 77-98., 77.

32 

De Llano 1906Llano, Aurelio de. 1906. Hogar y patria: estudio de casas para obreros. Oviedo: La Comercial., 27. Nevares 1936Nevares, Sisinio. 1936. El patrono ejemplar. Madrid: Razón y Fé., 62.

33 

Aldecoa et al.1926Aldecoa, Miguel de, José Antonio deArtigas, AdrianoGarcía Loygorri y AntonioCamacho. 1926. Dictamen oficial sobre la industria hullera en Asturias: emitido en cumplimiento de la R. O. de la Presidencia del Directorio Militar de 14 de abril de 1924. Madrid: Consejo Nacional de Combustibles., 55.

34 

Manuel Montaves, “Alcoholismo (conclusión)”, El Valle de Aller, 18, segunda quincena de marzo de 1902: 2. El artículo es la transcripción del discurso de Montaves el 23 de febrero de ese año en el Círculo Obrero Católico de Bustiello.

35 

Carta de Montaves a Parent, 16-10-1888, citado en Fernández Lorenzo 1989Fernández Lorenzo, Guillermo. 1989. Apuntes para una posible historia de la minería asturiana. Mieres: autoedición., 63.

36 

La falta al trabajo en lunes alcanzó cotas de hasta el 75 % en la cuenca de Quirós en el año 1920, según tesina de Lucio Torón y Villegas, Memorias de las Minas de Teverga, citada por Shubert 1984Shubert, Adrian. 1984. Hacia la revolución: orígenes sociales del movimiento obrero en Asturias. Barcelona: Crítica., 36.

37 

Carta de Montaves a Parent, 14-10-1888, citado en Fernández Lorenzo 1989Fernández Lorenzo, Guillermo. 1989. Apuntes para una posible historia de la minería asturiana. Mieres: autoedición., 63. La hullera es una industria muy dependiente de la mano de obra por su carácter todavía fuertemente artesanal y escasamente o nada mecanizado, por lo que las fluctuaciones en la producción están relacionadas por lo general con el mayor o menor aporte de brazos en cada momento.

38 

Cartas de diciembre de 1927, Archivo Municipal de Aller, A 532-1.

39 

Carta de Montaves a Parent, 28-3-1891, citado en Shubert 1984Shubert, Adrian. 1984. Hacia la revolución: orígenes sociales del movimiento obrero en Asturias. Barcelona: Crítica., 114.

40 

Manuel Montaves, “Alcoholismo (conclusión)”, en El Valle de Aller, 18, segunda quincena de marzo de 1902: 2.

41 

“La mejor propaganda”, El Valle de Aller, 186, 3 de junio de 1905: 1.

42 

“A la luz del relámpago”, El Valle de Aller, 189, 24 de junio de 1905: 1.

43 

Sobre las campañas contra estos establecimientos, ver Uría 1994Uría, Jorge. 1994. “Ocio, espacios de sociabilidad y estrategias de control social: la taberna en Asturias en el primer tercio del siglo XX”. En Sindicalismo y movimientos sociales, editado por ManuelRedero San Román, 73-98. Madrid: UGT.. También Chastagnaret 1990Chastagnaret, Gérard. 1990. “Les divertissements dans les cités minières espagnoles à la fin du XIX siècle et au début du XX”. En Peuple, mouvement ouvrier, cultures dans l’Espagne contemporaine, editado por JacquesMaurice, BrigitteMagnien et DanièleBussy Genevois, 85-117. Saint-Denis: Presses Universitaires de Vincennes..

44 

Gimeno de Azcárate 1900Gimeno de Azcárate, Manuel. 1900. La criminalidad en Asturias. Oviedo: Escuela Tipográfica del Hospicio Provincial., 52. Carta de un empleado al director M. Rubiera, 9-8-1923, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, Correspondencia de la dirección y la subdirección, C/242.2.

45 

Manuel Montaves, “Alcoholismo”, El Valle de Aller, 17, primera quincena marzo 1902: 2.

46 

Jove y Canella 1923Jove y Canella, José María. 1923. Topografía Médica del concejo de San Martín del Rey Aurelio. Madrid: Imprenta de la Ciudad Lineal.; 1925Jove y Canella, José María. 1925. Topografía Médica del concejo de Langreo. Madrid: Imprenta de la Ciudad Lineal.; 1927Jove y Canella, José María. 1927. Topografía Médica de Laviana. Madrid: Imprenta de Cosano.. Jove y Canella y Alonso 1932Jove y Canella, José María y LuisAlonso. 1932. Topografía Médica del término municipal de Sobrescobio. Madrid: Imprenta y encuadernación de Julio Cosano.. Muñiz Prada 1885Muñiz Prada, Nicanor. 1885. Apuntes para la Topografía Médica del concejo de Mieres y su comarca minera. Oviedo: Imprenta del Hospicio Provincial.. Villalaín Fernández 1911Villalaín Fernández, José. 1911. Topografía médica del concejo de Castrillón. Madrid: s. e.

47 

“Noticias”, El Valle de Aller, 12, segunda quincena de diciembre de 1901: 6. “El alcoholismo”, El Valle de Aller, 71, 22 de marzo de 1903: 1. “De higiene”, El Valle de Aller, 94, 30 de agosto de 1903: 1. “Estragos del alcohol. Gastrites [sic] de los bebedores”, El Valle de Aller, 117, 7 de febrero de 1904: 14. “Un veneno”, El Valle de Aller, 192, 15 de julio de 1905: 2. “La alimentación del obrero”, El Valle de Aller, 196, 12 de agosto de 1905: 1. “Un enemigo del pueblo”, El Valle de Aller, 292, 22 de junio de 1907: 2-3. “Contra el alcohol”, El Valle de Aller, 308, 12 de octubre de 1907: 2.

48 

“Noticias”, El Valle de Aller, 2, segunda quincena de julio de 1901: 7.

49 

“De higiene”, El Valle de Aller, 94, 30 de agosto de 1903: 1.

50 

García Álvarez 2008García Álvarez, Luis Benito. 2008. “Intemperancia, degeneración y crimen. El discurso antialcohólico como estrategia de control social en la Asturias de la Restauración”. Historia Contemporánea 36: 57-84.; 2005García Álvarez, Luis Benito. 2005. Beber y saber. Una historia cultural de las bebidas. Madrid: Alianza.. Uría 1994Uría, Jorge. 1994. “Ocio, espacios de sociabilidad y estrategias de control social: la taberna en Asturias en el primer tercio del siglo XX”. En Sindicalismo y movimientos sociales, editado por ManuelRedero San Román, 73-98. Madrid: UGT.. Campos Marín 1997Campos Marín, Ricardo. 1997. Alcoholismo, medicina y sociedad en España (1876-1923). Madrid: CSIC..

51 

Sierra Álvarez 1985Sierra Álvarez, José. 1985. “¿El minero borracho?: Alcoholismo y disciplinas industriales en Asturias”. Los Cuadernos del Norte 6 (29)., 61.

52 

“Insistimos”, El Valle de Aller, 68, 1 de marzo de 1903: 1.

53 

Ramón Martínez Vigil, “La penitencia”, Boletín Eclesiástico del Obispado de Oviedo, 1903: 83-84, citado en Uría 1991Uría, Jorge. 1991. “La taberna en Asturias a principios del siglo XX. Notas para su estudio”. Historia Contemporánea 5: 53-72., 63. García Arenal 1980García Arenal, Fernando. 1980. Datos para el estudio de la cuestión social: información hecha en el Ateneo-Casino Obrero de Gijón. Gijón: Silverio Cañada., 227.

54 

Gimeno de Azcárate 1900Gimeno de Azcárate, Manuel. 1900. La criminalidad en Asturias. Oviedo: Escuela Tipográfica del Hospicio Provincial., 52.

55 

Manuel Montaves, “Alcoholismo (conclusión)”, El Valle de Aller, 18, segunda quincena marzo 1902: 2.

56 

“Alcohol y crimen”, El Valle de Aller, 12, segunda quincena de diciembre de 1901: 2. “La estadística negra”, El Valle de Aller, 46, 28 de septiembre de 1902: 1. “Crónica”, El Valle de Aller, 97, 20 de septiembre de 1903: 14. “Lindezas del alcoholismo”, El Valle de Aller, 178, 8 de abril de 1905: 1.

57 

“Contra la borrachera”, El Valle de Aller, 218, 13 de enero de 1906: 3. Manuel Montaves, “Alcoholismo”, El Valle de Aller, 17, primera quincena marzo 1902: 2. Es paradójico que se acogiera a la imposición sobre las bebidas alcohólicas, cuando la empresa fue siempre muy crítica con el impuesto de consumos, fuente de frecuentes desórdenes sociales y encarecimiento del coste de la vida. Precisamente sobre esto podemos leer el artículo “Los consumos” (El Valle de Aller, 8, segunda quincena de octubre de 1901: 3), en el que se loa la campaña en curso contra los consumos y a la vez se critica que los viticultores intenten "arrimar el ascua a su sardina". En un tono similar, “Los consumos”, El Valle de Aller, 11, primera quincena de diciembre de 1901: 5.

58 

“Insistimos”, El Valle de Aller, 68, 1 de marzo de 1903: 1.

59 

“Víctimas del alcohol”, El Valle de Aller, 302, 31 de agosto de 1907: 3. “Buen ejemplo”, El Valle de Aller, 316, 30 de noviembre de 1907: 1.

60 

Shubert 1984Shubert, Adrian. 1984. Hacia la revolución: orígenes sociales del movimiento obrero en Asturias. Barcelona: Crítica., 127. Carta del servicio de vigilancia al director, 12-4-1912, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, C/248.1.

61 

Manuel Montaves, “Alcoholismo (conclusión)”, El Valle de Aller, 18, segunda quincena marzo 1902: 2.

62 

Carta del servicio de vigilancia al director, 24-1-1908, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, C/248.1.

63 

Archivo Municipal de Aller, A 1050-5.

64 

Carta de la guardería al director, 30-6-1913, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, Correspondencia de la dirección con el servicio de guardería, C/237.2.

65 

Carta de la guardería al director, 30-6-1913, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, Correspondencia de la dirección con el servicio de guardería, C/237.2.

66 

Shubert 1984Shubert, Adrian. 1984. Hacia la revolución: orígenes sociales del movimiento obrero en Asturias. Barcelona: Crítica., 127.

67 

Faes Díaz 2009Faes Díaz, Enrique. 2009. Claudio López Bru, Marqués de Comillas. Madrid: Marcial Pons., 100-101.

68 

Santiago López al director de Ujo, 19-7-1904, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, Correspondencia de la dirección y la subdirección, C/275.8.

69 

Carta de Santiago López a Montaves, 27-3-1912, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, Correspondencia de la dirección y la subdirección, C/240.2.

70 

Carta de Santiago López a Montaves, 23-2-1912, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, Correspondencia de la dirección y la subdirección, C/240.2.

71 

Citado en Shubert 1984Shubert, Adrian. 1984. Hacia la revolución: orígenes sociales del movimiento obrero en Asturias. Barcelona: Crítica., 127.

72 

Carta de guardería a dirección, 22-8-1913, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, Correspondencia de la dirección con el servicio de guardería, C/237.2.

73 

Carta de S. López al director, 14-6-1913, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, Correspondencia de la dirección y la subdirección, C/240.2.

74 

Carta de un empleado al director M. Rubiera, 9-8-1923, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, Correspondencia de la dirección y la subdirección, C/242.2.

75 

Carta de guardería a dirección, 15-2-1915, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, Correspondencia de la dirección con el servicio de guardería, C/237.2.

76 

Carta de guardería a dirección, 18-2-1915, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, Correspondencia de la dirección con el servicio de guardería, C/237.2.

77 

Carta del servicio de vigilancia a la dirección, 23-7-1910, AHH, fondo de la Sociedad Hullera Española, Correspondencia de la dirección y la subdirección, C/276.1.

78 

Manuel Montaves, “Alcoholismo (conclusión)”, El Valle de Aller, 18, segunda quincena marzo 1902: 2. Un pasaje muy similar lo cita Shubert 1984Shubert, Adrian. 1984. Hacia la revolución: orígenes sociales del movimiento obrero en Asturias. Barcelona: Crítica., 114, en el discurso de inauguración del Círculo Obrero de Bustiello, a cargo de Montaves, el 5 de mayo de 1895. Por tanto, nos encontramos con un relato consolidado a lo largo del tiempo, que demuestra una gran constancia en el seguimiento de estos asuntos y una suerte de apostolado más o menos permanente también. No dejan de ser estos propósitos una especie de catecismo.

79 

Manuel Montaves, “Alcoholismo (conclusión)”, El Valle de Aller, 18, segunda quincena marzo 1902: 2.

80 

“Un templo minero”, Revista Minera, 1894: 327, citado en Sierra Álvarez 1985Sierra Álvarez, José. 1985. “¿El minero borracho?: Alcoholismo y disciplinas industriales en Asturias”. Los Cuadernos del Norte 6 (29)., 63.

81 

“La asociación”, El Valle de Aller, 49, 19 de octubre de 1902: 1. “La plaga del alcohol”, El Valle de Aller, 283, 20 de abril de 1907: 1. Para la visión de Cheysson del problema del alcohol y del obrero en general, véase Cheysson 1904Cheysson, Émile. 1904. “L’Hygiène du logement populaire”. En Premier Congrès International d’assainissement et de salubrité de l’habitation. Paris: Le Progrès medical.; 1886Cheysson, Émile. 1886. La question des habitations ouvrières en France et à l’étranger, la situation actuelle, ses dangers, ses remèdes, conférence faite à l'Exposition d'hygiène de la caserne Lobau, le 17 juin 1886. Extrait de la "Revue d'hygiène", août 1886. Paris: G. Masson..

82 

“Lucha contra el alcoholismo”, El Valle de Aller, 110, 20 de diciembre de 1903: 1.

83 

Muñiz Sánchez 2009Muñiz Sánchez, Jorge. 2009. “Encontrando el Norte. Manuel Llaneza y la influencia francesa en el sindicalismo español de principios del siglo XX”. Hispania 69 (233): 793-820., 793-820.

84 

“El aguardiente y el vino”, El Valle de Aller, 7, primera quincena de octubre de 1901: 2.

85 

“La higiene del obrero”, El Valle de Aller, 27, 18 de mayo de 1902: 1. “De higiene”, El Valle de Aller, 94, 30 de agosto de 1903: 1.

86 

En esta dirección, es de gran interés la obra teórica y también práctica del abad Lemire en Francia, un reformismo católico sin duda conocido por los dirigentes de la Sociedad Hullera Española, como atestigua que se le mencione en el periódico. “Los jardines obreros”, El Valle de Aller, 210, 18 de noviembre de 1906: 1. Véase, al respecto, Mayeur 1968Mayeur, Jean-Marie. 1968. L’Abbé Lemire, 1853-1928. Un prêtre démocrate. Paris: Casterman.. También Lemire 1909Lemire M. l'Abbé, ed. 1909. Troisième Congrès des Jardins Ouvriers, tenu les 5, 6 et 7 novembre 1909. Compte-rendu rédigé par M. L’abbéLemire, député, avec la collaboration de RobertGeorges-Picot. Paris: M. Rivière..

87 

“Lucha contra el alcoholismo”, El Valle de Aller, 110, 20 de diciembre de 1903: 1.

88 

“Menos tabernas”, El Valle de Aller, 235, 12 de mayo de 1906: 1.

89 

Muñiz Sánchez 2007Muñiz Sánchez, Jorge. 2007. Del pozo a casa. Genealogías del paternalismo minero contemporáneo en Asturias. Gijón: Trea., 48-49.